El viernes de la semana que viene se dará la visita de un flamante diplomático del Gobierno nacional que reabre las expectativas para avanzar con el proyecto del Túnel de Agua Negra. Se trata del embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa, quien se reunirá por la mañana del 24 de este mes con Sergio Uñac en Casa de Gobierno, aseguraron fuentes oficiales.

La tarea de Bielsa es clave, ya que, como embajador, puede hacer gestiones políticas y administrativas tanto en Argentina como en el país trasandino para impulsar el paso internacional. Cuenta con el respaldo al máximo nivel, ya que el presidente Alberto Fernández le había dicho a este medio, en una de sus dos visitas de campaña en la provincia cuando era candidato, que la megaobra es "prioritaria" y que "hay que hacer" para que "San Juan pueda salir hacia el Pacífico, al igual que las provincias cordilleranas para no condenarlas al centralismo porteño". Otro punto central es que tal diplomático suele tener línea directa con el representante de Cancillería en el Consejo de Administración de la Entidad Binacional Túnel de Agua Negra (Ebitan), el organismo encargado de llevar adelante todo el proceso licitatorio del paso.

Para retomar la iniciativa serán claves las negociaciones, ya que funcionarios de la administración chilena habían señalado que el costo de la megaobra iba a ser muy superior a los 1.500 millones de dólares que financiaba el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Sin embargo, en la gestión uñaquista habían refutado esa postura, ya que se consideraban otros ítems a la megaobra, y habían cuestionado que el Gobierno macrista se quedara en las gestiones políticas para que prosperara el proyecto.

Bielsa fue designado por el Presidente el 20 de diciembre y el 7 de este mes, el país trasandino le otorgó el llamado plácet de estilo como embajador de Argentina ante ese país. El plácet es la declaración del Estado receptor de que no tiene inconveniente alguno sobre el nombramiento del embajador.

El rosarino cuenta con experiencia diplomática, ya que fue ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Néstor Kirchner, de 2003 a 2005.

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En la etapa de precalificación de para hacer el Túnel hubo 10 consorcios interesados en la megaobra, que nucleaban a 26 empresas de países como China, España, Italia, Corea, Austria, Argentina y Chile. El proceso está frenado.