El nuevo Servicio Penitenciario que el Gobierno acaba de licitar apunta a ser un cambio radical en el sistema carcelario en la provincia. El futuro Penal tendrá desde pabellones abiertos con más iluminación para evitar el hacinamiento hasta todos los servicios para favorecer a la reinserción social de los detenidos. Entre las tareas que podrán desarrollar se destaca lo educativo, con el inicio y la finalización de la primaria, secundaria y la obtención de un título universitario, según sea el caso. Además habrá recreación con bibliotecas, talleres para laborterapia, salones de usos múltiples y la práctica de deporte o algún culto religioso. Todo para que los internos tengan el mayor número de horas diarias en actividades positivas organizadas, según indicaron en el Ministerio de Gobierno.

Si bien muchas de estas actividades se llevan adelante en el Penal de Chimbas, las mismas no se desarrollan adecuadamente. Según indicó el Gobierno en el propio pliego de licitación que le entregó a las empresas interesadas en construir la obra, el Servicio Penitenciario actual "ha colapsado, con superpoblación de internos, separados inadecuadamente, con carencia de espacios físicos. Las deficiencias edilicias han agravado el hacinamiento, generando inadecuados entornos para al tratamiento, la educación y perfeccionamiento laboral de los internos". Es más, según autoridades oficiales y judiciales, la unidad de Chimbas no cumple con los estándares nacionales en materia de ejecución penal, ni con los tratados internacionales en materia de contención de los detenidos. Tampoco lo hace con el artículo 18 de la Constitución Nacional, la cual establece que "las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas". El escenario local no es distinto al de la casi totalidad de las cárceles del país.

De hecho, en la apertura de sobres de licitación de la obra, el Ministro de Gobierno, Emilio Baistrocchi, destacó que el Penal de Chimbas tiene una capacidad para 700 internos, pero en la actualidad contiene a casi 1.500, entre procesados y condenados. Además de brindar un espacio adecuado que favorezca la reinserción social, el nuevo penal estará destinado sólo a condenados y establecerá una serie de etapas que los internos van a tener que cumplir desde que ingresan hasta que salen. Cada fase contempla una instalación edilicia diferenciada, que trabaja con independencia desde el punto de vista administrativo, con su personal asignado, y desde lo técnico, con su propio sistema de seguridad.

La primera etapa es un régimen cerrado de detención en el que el preso ingresa y es evaluado psíquica, psicológica y físicamente, lo que revelará el tipo de conducta que tiene, sumado a la opinión de los agentes penitenciarios. Cumplido ese primer estadío, se trasladan a una segunda instancia, denominada régimen semiabierto, con las mismas características que el primero, pero con más espacio y libertades, explicaron en el Ejecutivo. Luego, el último escalón, es el programa Casa por Cárcel, para presos con salidas transitorias. Esa etapa no estará en el nuevo penal, ya que se está edificando en Chimbas.

Para llevar adelante el proyecto del Penal de Ullum, Baistrocchi viajó a San Luis para tomar como referencia a "Pampa de las Salinas" (Ver recuadro). Pero además, el funcionario conformó un equipo de arquitectos especialistas para generar el pliego de licitación. Quienes integran ese cuerpo son Modesto Sarmiento, Marcela León, Sergio Luna y Javier Ortiz.

La cárcel que fue guía para la de Ullum


El Complejo Penitenciario Pampa de las Salinas, en San Luis, fue inaugurado en julio de 2014. Posee una superficie de 17.300 metros cuadrados, distribuidos en 13 edificios, para albergar a 236 internos. Por su estructura, fue tomado como modelo para el proyecto local. La primera etapa del complejo de Ullum contempla una superficie de 43.220 metros cuadrados, conformado por una unidad de régimen cerrado con capacidad de 326 personas, más otra de régimen semiabierto para contener a 284 internos. Habrá un sector de apoyo, entre los que se destacan una sede administrativa para el personal penitenciario, servicios generales, videovigilancia y telecomunicaciones, seguridad externa, atención sanitaria y portería. La obra tiene un presupuesto de 1.650 millones de pesos, esperan que se inicie a fin de año y su plazo de ejecución es de 1.080 días.