Fueron los primeros en ingresar a la sala del Juzgado Federal N°1 de San Juan en la mañana de este lunes, en el inicio del juicio por la desaparición forzada de Raúl Tellechea, 18 años después. La mayoría de ellos vestidos de negro, se sentaron en dos filas y esperaron el inicio de la primera jornada de la instancia final del proceso por la causa. Allí, los 12 imputados debieron presentarse uno por uno y después, con el gesto adusto, oyeron el alegato de la querella con los hijos y amigos del ingeniero del que se desconoce el paradero, sentados a su izquierda.

En una sala que quedó pequeña para cantidad de acusados, familiares y periodistas que llegaron por la trascendencia del caso, el aire se sintió apretado. Los hijos, que siguen preguntándose dónde está el cuerpo de su padre, fueron ubicados a metros de los imputados, sin embargo, casi no cruzaron miradas.

Entre los acusados, solo uno apareció con el rostro cubierto por un barbijo, se trató de el ex jefe de la Policía, Miguel González. Cuaderno en mano, es exfuncionario tomó nota mientras cada miembro involucrado en el proceso hablaba. El que también cargó una lapicera y un cuaderno fue Juan Marcelo Cachi, el hombre que se desempeñaba como secretario del Consejo Superior de la Universidad, sin embargo, no lo usó demasiado.

Quien completó más sus notas fue Eduardo Oro, exsecretario de la Junta Ejecutiva de la Mutual de la UNSJ, en la que se desempeñaba Tellechea. El hombre que además supo ser funcionario del Ministerio de Turismo de la provincia, fue quien se mostró más enérgico durante la exposición de la parte querellante. Escribiendo, colocándose los lentes para observar el PowerPoint presentado por el querellante Conrado Suárez Jofré o revisando su celular.

En cuanto a su gestualidad, quien destacó fue Luis Alonso, quien se desempeñara como vocal y tesorero de la Mutual y empleado administrativo de la UNSJ. El hombre negó con la cabeza en varias oportunidades cuando Suárez relataba lo sucedido durante los primeros días de la desaparición del ingeniero. Y su mayor expresión de negación se notó cuando el querellante utilizó la palabra “mafia”, para referirse al grupo que denunció a Tellechea tras su desaparición por administración fraudulenta.

Un pasillo separaba a la familia de los acusados, la tensión se percibía en el aire.

Mientras Rodrigo Tellechea, el hijo menor del ingeniero desaparecido había decidido cambiar de asiento y dar la espalda a los imputados y lloraba al escuchar los últimos días en los que se tuvo noticias de su padre, Mario León, exjefe se Seguridad Personal; Luis Moyano, expresidente de la Mutual de la UNSJ; Miguel del Castillo, exvocal y presidente tras la licencia de Moyano; Alberto "Lali" Flores, expolicía que se dedicaba al seguimiento clandestino de personas y a los aprietes según el fiscal; Sebastián Cortez Páez, el arrepentido que le contó a Mauricio Tellechea sobre el cautivero y la muerte de su padre; e Aurora Isabel Ahumada, la responsable del reintegro de coseguro de salud de todos los asociados a la Mutual; se mostraron serios y atentos, pero prácticamente sin expresión.

En el marco de la instancia judicial, se esperaba que después tomara la palabra al defensa, para dar su versión de los hechos. Cabe recordar que en el marco del proceso, el tribunal oirá a 238 testigos.