A lo largo del año y con cada estación seguramente verás cambios en tu cabello como la falta de brillo, la caída repentina o que luzca áspero y seco. El estado poco saludable del pelo se puede deber a farios factores: hormonales o genéticos, malos hábitos de higiene capilar, uso de tinturas y decolorantes, estrés o una alimentación mala o deficiente.

Mientras que algunos motivos no dependen de vos, la alimentación, en cambio, es un factor completamente controlable y, por lo tanto, la podés modificar para mejorar la salud de tu pelo.

El cabello está compuesto por la proteína de la queratina y otros minerales como el magnesio, el silicio o el cobre, por lo que para conseguir un pelo fuerte y sano es fundamental mantener una dieta saludable y equilibrada que contenga esos nutrientes.

Los especialistas enumeran los nutrientes necesarios para favorecer y mejorar la salud del cabello, que son principalmente las proteínas, los aminoácidos esenciales, el colágeno, los minerales y las vitaminas. Entre estas últimas, las más importantes son las del grupo B (la más significativa es la biotina o B8) y la vitamina C. También es necesaria la presencia de hierro, cobre, zinc y omega 3.

Alimentos ideales que se deben consumir

Los expertos indican cuáles son los alimentos en los que se se pueden encontrar los diferentes nutrientes indispensables para lucir un pelo en buen estado:

- Vitamina A. Se puede encontrar en los huevos, el hígado, las verduras, la leche fortificada y en el aceite de pescado, de girasol y de oliva. “La función de la vitamina A es evitar el bloqueo del secado de las glándulas sebáceas que son fundamentales para lubricar el folículo piloso y por lo tanto, previenen y disminuyen la pérdida del cabello.

- Vitamina B. Los alimentos que presentan un alto contenido son el pescado, la carne de vaca, cerdo y pollo, la soja, los huevos, las legumbres, los frutos secos los y cereales integrales. Estos últimos son muy importantes en la resistencia de la insulina, la hormona relacionada con la calvicie masculina. Además, son fuente de ácido fólico, que ayuda a oxigenar la sangre de los folículos pilosos.

Dentro de este grupo, destaca además, la levadura de cerveza, que es el nutriente natural que aporta más vitaminas del complejo B, sumado a una cantidad considerable de aminoácidos esenciales y otros minerales, como el fósforo.

- Vitamina C. En este grupo destacan los cítricos como el limón, la naranja, el pomelo, además del kiwi, las espinacas y el brócoli. Estos alimentos intervienen en la síntesis del colágeno, tejido colectivo que constituye el cabello y que ayuda en la absorción del hierro.

- Hierro. Necesario para que el pelo crezca fuerte y sano, se puede encontrar en la carne roja, las espinacas y las legumbres. Este mineral es fundamental para la oxigenación del cuero cabelludo y la pigmentación del cabello.

- Ácido fólico, que se obtiene a través de los cereales, las nueces, los granos enteros, el jugo de naranja, el brócoli, y el omega 3, presente en el aceite de oliva, junto con el chocolate, la salvia y la albahaca, desempeñan una función antioxidante debido a la presencia de polifenoles.

- Cobre. Presente en los mariscos, las espinacas y las nueces, es un componente importante para la síntesis de la melanina del pelo.

- Zinc. Es esencial para el crecimiento del pelo y se encuentra en carnes y pescados, en los espárragos, las berenjenas, las papas, el apio, los higos y los frutos secos.

- Azufre. Presente en carnes blancas, en el hígado, en las almendras, el huevo, las frutas y las verduras, es fundamental para fortalecer el pelo débil y quebradizo.

- Magnesio. Presente en las almendras, activa las reacciones enzimáticas importantes para la salud del cabello.

Estos alimentos se deben consumir dentro de una dieta equilibrada. De esta forma, el pelo se fortalece a través de la circulación sanguínea, que nutre el bulbo piloso, zona en la que se alimenta el cabello. Los especialistas sugieren que además de incorporar los nutrientes a través de la alimentación, se utilicen productos a nivel tópico, como lociones y champús, que también aporten los nutrientes al cuero cabelludo, y así ayudan al fortalecimiento capilar.

La ingesta de líquidos es un factor importante en las dietas equilibradas. El consumo de agua ayuda en los problemas capilares, al mantener el cabello hidratado y fuerte, según señalan los especialistas. Basta consumir uno o dos litros de agua al día para mantener el cuerpo bien hidratado.

Alimentos que se deben evitar

Así como existen alimentos que favorecen el buen estado del cabello, existen otros que sería conveniente evitar para no dañarlo. Entre ellos se destacan los alimentos con exceso de grasas saturadas, las frituras, los productos con grasas hidrogenadas o los aceites refinados.

Todos ellos están relaciones con el incremento de los niveles de testosterona que pueden potenciar el aumento de los niveles de dihidrotestosterona (DHT). Esto supone que los folículos pilosos se encojan y crezcan cada vez más delgados y débiles.

También es recomendable evitar los carbohidratos de alto índice glucémico, es decir, los azúcares rápidos, ya que un consumo excesivo provoca inflamación celular, nociva para la salud capilar. De igual forma, se deben evitar las dietas restrictivas que lleven a una malnutrición, y las dietas veganas que se caracterizan por sus deficiencias de vitamina B12 y hierro.

Y aunque no sea de mucho agrado, si pretendés lucir un pelo sedoso, fuerte, sano y con brillo, deberías evitar el consumo de bebidas gaseosas o con cafeína, así como el exceso de chocolate.