Medicamentos antiinflamatorios, vitaminas, la falsificación de medicamentos forma parte de un fenómeno más amplio: el de los fármacos de calidad inferior. Esta situación, afecta tanto a productos de marca como a genéricos.

¿Qué indica que un medicamento sea considerado “trucho”? Pueden ser productos con los principios activos correctos en un envase falsificado o productos con una composición incorrecta, que no contienen principios activos o estos son insuficientes. Según la Dra. Médica Clínica María Alejandra Rodríguez Zía, existe un porcentaje que supera el 10% del total del mercado.

“La falsificación o adulteración de medicamentos es un drama mundial que afecta a millones de personas y se ha convertido en un negocio realmente redituable. Constituye un importante problema de salud pública que preocupa tanto a las autoridades como a todos los profesionales. Pueden contener desde mezclas aleatorias de sustancias tóxicas peligrosas hasta preparaciones inactivas e ineficaces”, reconoce la especialista.

Además, explica que, hoy en día, es muy difícil para el consumidor distinguir un medicamento falsificado, dado que se copian los códigos y las etiquetas, tanto de medicamentos con marcas de laboratorios, como los genéricos.

Lo fundamental es saber que estos medicamentos se venden en lugares no controlados, a saber: kioscos, supermercados, almacenes, autoservicios, entre otros comercios no habilitados.

Por este motivo, la profesional brindó una serie de ítems para tener en cuenta a la hora de tener contacto con un medicamento y evitar dar con uno falso:

1-  Si usted compra un medicamento sin receta, es posible que sea falsificado.

2- Comprobar el buen estado del envase, y que presente el correspondiente prospecto.

3- Chequear que el envase no haya sido violado, que tenga los correspondientes hologramas, y que no presente raspaduras en el código oculto.

4-  Ver si figuran alteraciones en la fecha de vencimiento.

5- Mirar si el principio activo es el correcto.

6- Ante cualquier duda uno debería comunicarse con el laboratorio responsable del producto.

Riesgos al consumir medicamentos falsos:

Entre los existe la posibilidad de que un antibiótico no contenga su principio activo, lo que podría agravar una infección en el paciente y llegar hasta la sepsis.

“Debemos dejar en claro, que un medicamento falsificado pone en riesgo la salud de quien lo consume, no existiendo ninguna garantía en cuanto a su calidad, seguridad y eficacia. Por lo tanto, se convierten en productos nocivos. La salud del paciente se ve amenazada este tipo de productos porque, en el mejor de los casos, el paciente no mejora; y, en el peor, se suman otras enfermedades o hasta incluso pueden causar la muerte”, finalizó la doctora.

Fuente: Rumbos