El 3 de marzo, Día Mundial de la Audición, tiene como objetivo aumentar la conciencia y promover la audición en todo el mundo. El 30 de mayo de 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó, por unanimidad entre los 195 países que la componen, en Ginebra, Suiza, declarar a la hipoacusia como enfermedad no transmisible.

En la Argentina, la discapacidad auditiva constituye el 18% de las incapacidades existentes, 86,6% son dificultades auditivas y 13,4% son sorderas. 1 a 3 de cada mil nacidos vivos en el país presenta algún grado de hipoacusia y su detección temprana se encuentra amparada bajo la Ley Nº 25.415

“El 60% de los casos de pérdidas auditivas en niños es por causas prevenibles. Todo recién nacido debe ser evaluado auditivamente y la detección temprana, en forma adecuada y practicada a tiempo, puede facilitar que aquellos con pérdida auditiva cuenten con acceso a la comunicación, educación y un empleo en el futuro”, aseguró el doctor Carlos Boccio, jefe del programa de implantes cocleares e hipoacusia del servicio de otorrinolaringología del Hospital Italiano.

Se calcula que el 30% de la población adolescente argentina sufrirá trastornos auditivos no laborales (alrededor de 3 millones de personas). Por caso, 1 de cada 5 individuos que escuchan música durante 3 horas diarias a 95 decibeles padecerá algún tipo de hipoacusia después de los 20 años.

“En la tercera edad, en tanto, se produce un deterioro progresivo de la audición que conspira con la comunicación familiar y social del adulto mayor. Esta situación genera, frecuentemente, aislamiento que resulta en la aparición de cuadros depresivos y trastornos neurocognitivos que pueden ser prevenidos con el uso de dispositivos de ayuda auditiva”, añadió el especialista.

Los principales mitos sobre la pérdida auditiva

Con motivo del Día Mundial de la Audición, expertos de la compañía Oticon y Clínica Universidad de Navarra de España pusieron de manifiesto durante la presentación del informe “Cómo vivir en la onda: mitos sobre la audición y los audífonos” que las falsas creencias sobre la audición y los audífonos retrasan el diagnóstico de la pérdida auditiva y, por tanto, limitan el acceso de las personas que la sufren a un tratamiento que mejore su calidad de vida.

El primero de los mitos mencionados es que la pérdida auditiva no influye en la calidad de vida ni en la salud, pues la realidad es que puede repercutir en todas las esferas de la vida de la persona que la sufre. De hecho, también tiene consecuencias en las relaciones sociales y laborales de las personas, ya que, además de las dificultades para comunicarse, que lleva a un posible aislamiento de los pacientes, estos llegan al final del día agotados por el esfuerzo y el estrés que conlleva no escuchar correctamente.

“En niños, si no es detectada de forma temprana y se pone solución cuanto antes, puede haber dificultades en el desarrollo y la adquisición del lenguaje. La intervención precoz en niños soluciona el problema gracias al trabajo de otorrinos y logopedas, y este diagnóstico rápido es igual de importante en adultos”, dijo el audiólogo de la Clínica Universidad de Navarra, Javier Santos.

Por otro lado, se sabe que la hipoacusia -tanto leve, como moderada, grave o profunda- puede desencadenar importantes problemas añadidos de deterioro cognitivo que afectan a la calidad de vida de las personas que la sufren, ya que puede conducir a aislamiento social, depresión, ansiedad y estrés. Además según datos recopilados por Oticon, el riesgo de sufrir demencia se multiplica por cinco para la pérdida auditiva de severa a profunda, por tres para la pérdida auditiva moderada y por dos para la pérdida auditiva leve.

También es falsa la creencia de que la pérdida de audición no se pueda prevenir. Aunque es cierto que el envejecimiento va unido al deterioro de las células ciliadas responsables de la audición, cada vez se están viendo más casos a edades más tempranas como consecuencia de la exposición continuada a ruidos excesivos. Por ello, la pérdida auditiva se puede prevenir si se siguen unas adecuadas medidas de protección frente al ruido y se evita la exposición a volúmenes excesivamente altos durante un tiempo prolongado.

Otro mito tiene que ver con la creencia generalizada de que no es necesario ponerse un audífono si todavía se oye “algo”. “Es uno de los más absurdos, pero está tan extendido que 1 de cada 5 personas esperaría a que realmente fuera un problema serio para ponerse un audífono, cuando, como ocurre con cualquier otro problema, cuanto antes lo diagnostiques, mejor va a ser la solución y más sencilla”, indicó por su parte el jefe de audiología de Oticon y uno de los participantes de la jornada, José Luis Blanco. “Nadie con problemas de visión deja de ponerse gafas porque todavía ve algo. Es absurdo pensar lo contrario para el oído”, añadió.

Por otro lado, también se ha desmentido que solo las personas con problemas de audición sufran tinnitus. Si bien es cierto que hay más prevalencia entre estas personas, también es posible sufrirlo cuando no se padece este déficit. De hecho, la exposición a ruidos muy intensos, como un concierto de rock o una explosión, puede desencadenar un zumbido temporal en los oídos; además del estrés, que igualmente puede ser un desencadenante de los tinnitus.

¿El principal órgano de la audición es el oído?

 

Además, ambos audiólogos negaron que el principal órgano de la audición sea el oído, ya que el cerebro humano es “el verdadero protagonista de la audición”. “Los oídos son solo la puerta de entrada, y la demostración es sencilla: cuando tenemos problemas en el oído interno, los audífonos mejoran este déficit, pero cuando el problema es del nervio auditivo, se soluciona mediante un implante coclear; es decir, mientras la corteza auditiva reciba información, el cerebro lo va a procesar”, indicó el audiólogo de Oticon.

Otro mito es que el audífono solucionará la pérdida auditiva, pues la realidad es que ayudan a reconocer y comprender con más facilidad los sonidos y las palabras para poder concentrarse en la conversación. Lo importante en este sentido es que el audiólogo determine cuáles son las necesidades en cada caso y realice los ajustes necesarios para su funcionamiento óptimo.

Asimismo, según los expertos, también constituye un mito el pensar que los audífonos son “de personas mayores”. Hoy en día, los audífonos son “amigables, modernos y cómodos”, y el proceso de adaptación “solo ocupa varias semanas”. “El estigma del uso del audífono es una cosa del pasado”, concluyó Blanco.

Consejos para tener oídos sanos, según los CDC

Qué hacer:

– Usar tapones para los oídos en lugares ruidosos

– Hacerse revisar la audición con regularidad

– Usar audífonos con regularidad cuando se aconsejen

– Consultar a un médico cuando existan problemas de oído o de audición

Lo que no se debe hacer:

 

– Colocar bastoncitos de algodón, aceite, palillos o alfileres dentro de los oídos

– Nadar o bañarse en agua sucia

– Compartir audífonos o auriculares

– Escuchar sonidos fuertes o música a alto volumen