Sienten que la naturaleza se puso en contra de ellos. Piensan, y se ríen para no llorar, y repiten que ya no saben qué más les puede pasar. Es que, a menos de dos meses de que perdieran parte de sus casas o sus casas por completo, en Pocito los más afectados por el terremoto están obligados a volver a empezar por la consecuencias de la tormenta que afectó a la provincia entre el lunes y ayer.

Vecinos de la calle Aberastain, entre 14 y 18, fueron algunos de los más afectados por el terremoto del 18 de enero pasado. Algunos perdieron sus casas y otros sufrieron roturas que las volvieron inhabitables, al menos en algunos sectores. Sin embargo hicieron un esfuerzo y como pudieron, algunos con ayuda del gobierno provincial o municipal y otras con una mano de sus familiares o grupos solidarios locales, comenzaron a levantar nuevamente un lugar para vivir. Pero fue en vano para muchas familias. Las últimas lluvias les aguaron esos proyectos.

Hace 44 días, al recorrer esa zona, la tierra, los escombros y los muebles a la orilla de la calle mostraban la desolación de muchas familias. Ahora, esa imagen cambió un poco, pero los rostros de las personas que viven ahí no se modificaron. Es que la creciente que se produjo por la fuerte lluvia del lunes en la madrugada generó importantes daños en la zona. La tierra suelta se convirtió en un barrizal que hace que sea casi imposible caminar. Los muebles que estaban en los patios, porque muchos no tenían dónde meterlos, ayer goteaban agua y barro, mientras que el color de la ropa, que en la mayoría de los casos fue donada porque habían perdido todo en el terremoto, no se puede distinguir por la greda que tiene. Estas postales se repitieron en cada humilde vivienda que hay en la zona, una de las más afectadas por la tormenta.

"Nosotros tenemos los módulos, pero hay una parte que levantamos con cañas, nailon y barro para poder entrar todos, pero ahora se nos derrumbó parte del techo por la lluvia", dijo Silvina Fuentes, que tiene 4 hijos. En una situación similar se encuentra Graciela Arce, que tiene 3 hijos y que duerme desde el día del terremoto en una carpa que les prestó la municipalidad de Pocito. "Es todo barro, en la noche nos da frío por la humedad, pero no tenemos otro lugar para ir", agregó la mujer que vive a pocos metros del cementerio municipal de ese departamento.

Ayer en la mañana la lluvia no cesaba, y mientras un grupo de vecinos acarreaban baldes con agua potable, que no tenían desde el lunes en la madrugada y por fin les llevó un camión de Vialidad Provincial, otros sacaban como podían el barro del interior de sus casas para tratar de retomar un poco de normalidad. Sin embargo, en algunas zonas esa tarea era prácticamente imposible, pues sólo al pisar ese barrizal los vecinos quedaban enterrados hasta las rodillas.

Hasta sin baño. El agua arrasó con todo lo que encontró en su paso. La familia Olivera perdió hasta el baño.

"Mi hija y mi señora que está embarazada se fueron a mis suegros y yo me quedé en el auto para ver qué va a pasar, porque no tengo nada. La creciente nos llevó todo, hasta se nos murieron las crías del perro porque quedaron enterradas en el barro. Sólo nos quedó la puerta de pie", dijo Matías Valle, que vive entre las últimas casas del asentamiento. Al lado de este vecino, una pareja no paraba de mirar lo poco que les quedó. Sobre una mesa, algunas zapatillas de sus hijos que lograron salvar fueron ordenadas para ver cuáles tenían su par y servían. "Los adobes que estábamos usando para levantar la pieza que se cayó con el terremoto, quedaron debajo de la creciente. Ni baño tenemos ahora. Estábamos durmiendo acá -señalando el jardín de la casa- en una carpita con los niños y pudimos salir, pero el agua se llevó todo. Mi esposo corría para tratar de agarrar algunos muebles, pero era imposible", dijo entre lágrimas Maira Olmedo, que tiene 3 hijos y que comentó que la mayor no quiere volver. "El verano pasado una tormenta nos obligó a volver a empezar, lo hicimos con mucho esfuerzo y después el terremoto y ahora esto. Mi nena de 5 años no quiere venir más porque está muy asustada", concluyó la mujer.

Un poco de alivio. Luego de más de 24 horas sin agua potable, los vecinos recibieron esta ayuda por parte de Vialidad Provincial.

Evacuados en los departamentos


Si bien la lluvia de ayer no fue tan intensa como la del lunes en la madrugada, sí generó algunos problemas en los departamentos. Hubo cortes de calles o rutas y más familias evacuadas. Al cierre de esta edición, la mayoría de los evacuados (unas 100 familias) estaban en Pocito, en los centros que se habilitaron para esto, mientras que entre Ullum, Sarmiento y 25 de Mayo no superaban las 5 familias. En este contexto, los 19 departamentos y de manera preventiva habilitaron centros de evacuación debido a que esperaban que las lluvias continúen. Estos centros de evacuación fueron organizados para que las familias puedan estar en burbujas y así poder garantizar el distanciamiento social, en el contexto de la pandemia de coronavirus. Por su parte, el Servicio Meteorológico Nacional prevé que en la jornada de hoy haya tormentas y lluvias aisladas por la tarde.