Hace menos de un año que emprendieron un proyecto innovador y ya comenzaron a cosechar los frutos. Son los abuelos que viven en la Residencia de Adultos Mayores Eva Duarte de Perón (Exhogar de Ancianos) y que en agosto del año pasado pusieron en marcha una huerta con fines saludables y solidarios a pedido de las autoridades del lugar. Ya cosecharon las primeras verduras y las donaron a un comedor. Ante el éxito de su trabajo ampliarán el terreno cultivable para aumentar la producción y potenciar la actividad recreativa que implica estar en contacto con la tierra, el aire libre y el sol.

Durante 7 meses trabajaron sin descanso y de manera organizada para no recargarse de tareas y poder sostener el lugar. Un grupo se encargó de eliminar los yuyos que podían entorpecer el crecimiento de las semillas, mientras otro fue el encargado del riego. Así fueron rotando entre ellos para luego todos participar del trabajo más esperado: la cosecha. "En marzo comenzaron a cosechar algunas verduras para consumo interno de la Residencia y, además, como para corroborar que la siembra dio buenos resultados. Luego ya hicieron la primera cosecha solidaria que dio muy buenos resultados. Donaron las verduras cosechadas al Comedor Gualadupe, en el departamento Chimbas. Esta donación los hizo sentir felices y los motivó a continuar trabajando y con nuevas metas para seguir colaborando con toda la comunidad", dijo Sonia Recabarren, directora de la Residencia.

La funcionaria contó que los abuelos ampliarán el terreno cultivable para poder aumentar la plantación y la producción. Dijo que harán más surcos para poder cultivar hierbas aromáticas que se sumarán a las verduras y hortalizas que conforman el cultivo.

El proyecto de la huerta nació en plena pandemia en un trabajo conjunto entre el Exhogar y la Fundación Modo de Vida, dirigida por la licenciada en Nutrición Olga Álvarez de Manzano, con el aporte del INTA que se encargó de la provisión de semillas. Los objetivos principales de este proyecto fueron que los residentes del lugar aprendieran a valorar el consumo de verduras recién cosechadas, a comer sano y a ayudar a los demás, pero principalmente a ellos mismos. Con el oficio de agricultores solidarios mejoraron su autoestima y recuperaron el valor de sentirse útiles. "Esta actividad es una terapia muy positiva para ellos. Los mantiene entretenidos por mucho tiempo al día y los hace sentir útiles y capaces de ayudar a los que más lo necesitan. Además, los que trabajan a pleno en la huerta van incentivando al resto de los abuelos a que se sumen a esta iniciativa por lo que cada vez son más las que participan y mejoran su calidad de vida", dijo Recabarren.

Producción

La huerta de los abuelos está dentro del predio de la Residencia, donde la tierra es más fértil y hay sol. Allí cultivaron acelgas, berenjenas, pimientos, chauchas, zapallos anquitos, entre otros.