“Se trata de una cuestión de costumbre. Los papás entendieron que era una medida positiva para todos y hemos logrado avances increíbles. La muestra es la reducción en las multas y la evidente fluidez de tránsito que se puede ver y palpar”, dijo Jorge Oruste, director de Tránsito de la Municipalidad de la Capital al hacer un balance del “Programa de Ordenamiento de Tránsito”, que a casi 3 meses de su implementación dispuso de un paquete de medidas como prohibir el estacionamiento frente a tres escuelas del centro, debido a los graves problemas de congestionamiento que ocasionaban durante la entrada y salida de clases. De 150 multas semanales que labraban al inicio del plan bajaron a 15.

De acuerdo a las estadísticas que maneja la Dirección de Tránsito capitalina, cuando en agosto empezaron con el programa, primero en la escuela Antonio Torres, ubicada en General Acha y Santa Fe; luego en la Bernardino Rivadavia, en San Luis y Caseros; e inmediatamente después en el Colegio Santa Rosa, en San Luis y General Acha, los Monitores Urbanos promediaban 150 multas semanales labradas entre los tres establecimientos. “Sabíamos que iba a ser un periodo complicado, hubo muchos papás que se enojaron con los Monitores, pero lentamente el panorama fue cambiando. Ahora promediamos 5 multas por semana en cada escuela y me animo a decir que los infractores ya no son padres. Cada comunidad educativa también cumplió un rol clave, porque fue un trabajo conjunto entre directivos, docentes, padres y municipio, para concientizar”, indicó Oruste.

 

El ordenamiento consiste en prohibir el estacionamiento frente a los locales educativos, generar paradas diferenciadas para los transportes escolares, para los autos que trasladan a alumnos discapacitados y para el ascenso y descenso de estudiantes. Esto último es dejar que los vehículos se detengan sólo para que se bajen los chicos, una especie de pare y siga. El objetivo es que, al evitar que haya autos estacionados frente a las escuelas, se genere un flujo constante de vehículos. En las calles laterales sí permiten una detención más extensa, pero por 5 minutos y controlados por monitores urbanos. Las primeras semanas hubo concientización, pero luego empezaron a aplicar multas a los infractores.

“Aún no termina el año escolar pero estamos satisfechos porque hemos logrado darle fluidez al tránsito en lugares en los que teníamos muchos inconvenientes, con situaciones de embotellamiento y estacionamientos en doble y hasta triple fila cada vez que entraban o salían los chicos de clases. En la escuela Antonio Torres, la primera en la que implementamos el programa y que ya todo está más avanzado, la desconcentración en la entrada y salida de todo el alumnado ahora no llega a ni a 10 minutos, cuando antes era algo caótico”, agregó el funcionario.

 

Para 2017

El plan original del municipio abarcaba a 9 escuelas céntricas, en las que aspiraban a implementar las medidas tendientes a evitar caos vehicular. Sin embargo, alcanzaron a tres y ya no habrá otra incorporación en lo que resta del ciclo escolar. “Se trata de una cuestión de tiempo y costos, pues es más demoroso de lo pensamos originalmente. Parte del éxito de la medida pasa por la presencia de los Monitores Urbanos, que controlan la situación. Son 6 personas destinadas a cada escuela, es decir, 18 en total”, dijo Oruste. Por eso, lo que buscan es reducir ese número de Monitores en cada colegio para poder derivarlos a nuevos establecimientos. Pero eso ya pasará para el ciclo lectivo 2017. “Vamos a ir sumando escuelas paulatinamente, en la medida en que vayamos liberando a Monitores Urbanos de cada una y redistribuyéndolos. El plan es ambicioso porque seguiremos por el resto de las escuelas céntricas, pero ya estamos evaluando seguir después con el ordenamiento en las escuelas de los barrios”, adelantó Oruste.