Paseo familiar. La Granja Tierras Blancas, en Santa Lucía, se convirtió en uno de los destinos elegidos para pasear y divertirse con toda la familia.

Si hay algo que le sobra a Aldo "Pirata" Olivares es el amor por los animales. Desde hace unos años este veterinario abrió un refugio para recuperación y rehabilitación de diferentes especies víctimas de la caza o de maltratos, y que la misma gente o la Secretaría de Ambiente les llevaba tras rescatarlas. Actualmente tiene 400 animales en la que llamó Granja Tierras Blancas, que se terminó transformando en una especie de Parque Faunístico paralelo donde también se recibe visitas. La diferencia es que esta granja no depende de ningún organismo oficial y Olivares la mantiene "a pulmón", aseguró.

Inolvidable. Los niños se entusiasman cuando pueden acariciar a los
animales que andan sueltos por todo el predio de la granja.

Primero comenzó albergando animales de granja, pero al poco tiempo se fueron agregando otros silvestres y salvajes como zorros, jabalíes y pumas rescatados. Ahora tiene hasta algunas especies exóticas de loros que atraen todas las miradas de la gente que visita la granja. "Hace unos 5 años alguien me preguntó si podía ingresar para ver los animales. Le dije que sí y ahí nació la idea de recibir visitantes y, ahora, es uno de los destinos elegidos por las familia para visitar y pasar el día en contacto con la naturaleza. Por eso, tratamos de ir incorporando más servicios para ofrecerles a los visitantes una propuesta cada vez más tentadora", dijo el Pirata.

Esta granja se encuentra sobre calle Hipólito Yrigoyen, en La Legua, y abre sábados, domingos y feriados. 

Atractivo. Los burros, uno blanco y el otro manchado, son los animales que
atraen las miradas, especialmente la de los chicos.

Entre los nuevos servicios que ofrece la granja, Olivares hizo referencia al que se puso en marcha durante el fin de semana pasado y con bastante éxito. Es la elaboración de semitas caseras, que se realiza a la vista de las visitas, para transmitir una tradición típica de los sanjuaninos. Y también para recaudar fondos. Cada semita cuesta $100.

Divertidos. Los chicos que visitan la granja en Santa Lucía se divierten con los movimientos que realizan los animales cada vez que se acercan a ellos.

Olivares contó que el mantenimiento del lugar y la atención de los animales cuesta caro y que los gastos los cubre con su trabajo en la veterinaria, con el cobro de las entradas a la granja (cuestan $500) y con otras estrategias que puso en práctica para economizar. "No es fácil mantener el lugar, por eso me las ingenio para ahorrar. He plantado alfalfa y maíz para la alimentación de algunos animales. Además, tengo los machos separados de las hembras para evitar que se reproduzcan y haya una superpoblación", dijo.

Servicios. La gente que visita la Granja Tierras Blancas dispone de sillas y
mesas para poder disfrutar del mate con total comodidad.

Como sucede en el Faunístico, en la Granja Tierras Blancas también se organiza visitas guiadas para las escuelas. El objetivo de esta actividad es generar conciencia en los chicos sobre el cuidado responsable de los animales. "Mi mayor recompensa es lograr sembrar en los niños un granito de conciencia contra el maltrato de los animales", dijo el veterinario.

Infaltables. Las selfies con los animales de fondo son infaltables en la granja
porque todos quieren llevarse un recuerdo de la visita al lugar.

ESPECIE MÁS ATACADA

Aldo Olivares contó que la mayoría de los animales que llegan a la granja tras ser rescatados son aves. Y que por semana llega a recibir entre 10 y 15, en diferente estado. "Son muchas las aves que recibo y la mayoría con graves daños, algunas con heridas de bala o de pedradas. Hace un par de días me trajeron un halcón con los ojos quemados. Está ciego y tuve que enseñarle hasta a comer. Es un animal que nunca más va a poder volver a la vida silvestre en su hábitat porque no puede valerse por sí mismo. Quedará en cautiverio como muchos otros", dijo el hombre.

El veterinario agregó que la finalidad de su granja es, al igual que en el Faunístico, rehabilitar los animales y prepararlos para su liberación, aunque muchos de ellos no logran recuperarse del todo para ser liberados, por eso la cantidad numerosa que alberga el lugar. "Lo bueno es poder salvar a los animales, aunque deba trabajar sin descanso para alimentarlos y medicarlos, aunque sea de madrugada", dijo Olivares.