Gimena sorprendió a todos y se transformó en noticia nacional ni bien dio el primer suspiro hace exactamente 15 años. La beba marcó un récord que mantiene hasta hoy: con 6,400 kilos es la criatura más grande nacida en la provincia. Ahora, al celebrar un nuevo aniversario contó cómo creció, a la par, su madre, quien recordó la sorpresa que sintió al dar a luz.

Rodeada de sus nueve hermanos, Gimena Lilihit Albornoz sigue viviendo en la casa del barrio Búbica, de Rawson, en la que creció. Allí también festeja los 15, es que la cuarentena complicó los planes familiares.

“Pensábamos hacer algo con mis amigos y mi familia hoy. Y ya tenemos señado el salón para hacer la fiesta en diciembre, cuando haga calor. Pero ahora, con la cuarentena, vamos a tener que festejar entre nosotros y no sabemos qué pasará con la fiesta”, cuenta la chica. Aunque su madre aclara: “Si no se puede este año vamos a hacer la fiesta el año que viene, ¿cómo se va a quedar sin festejo si es la más chica de la familia?”.

A la vez, mientras observa las fotos y los recortes de diario que guarda cuidadosamente en un sobre y que ya repasó incontable cantidad de veces desde el nacimiento de su hija, Isabel recuerda sus últimos meses de embarazo.

“La gente me preguntaba si iba a tener trillizos por lo grande que era mi panza. Y yo me reía, ‘no, es una, si ya me hice la ecografía y es una’, les decía. Lo que me acuerdo es que al final no podía sentarme a la mesa, porque con la panza no llegaba, tenía que sostener el plato con una mano y comer con la otra”, relata la mujer.

En esas condiciones, dice que sabía que su hija iba a ser grande, pero no tanto. “Mis hijas mujeres siempre habían tenido un peso normal, los varones sí habían sido un poco más grandes”, revela la mujer haciendo referencia a Mathias, que pesó 5,6 kilos al nacer, y Jeremías, que pesó 5,3 kilos cuando vino al mundo.

Y definitivamente su beba superó las expectativas. “Cuando me dijeron que pesaba casi 6 kilos y medio y medía 58 centímetros de estatura no lo podía creer. Ni siquiera tenía ropa tan grande”, confía Isabel. Y cuenta que las enfermeras decidieron cortar los pies de los enteritos para poder vestir a su hija, mientras que familiares salieron a recorrer negocios de ropa de bebé.  

Además, por recomendación de los médicos, Isabel tuvo que amamantar a Gimena y agregar a esa alimentación 70 centímetros cúbicos de leche especial para bebés cada dos horas, ya que la niña comía tres veces lo que consume un bebé al nacer.

Pero el tiempo pasó y la niña creció con normalidad. Al empezar a caminar ya tenía un tamaño similar al de sus primos y en la escuela no era la última de la fila por su estatura, sino que, más bien estaba en el medio.

Ahora, la adolescente que asiste al Tercer Año de la escuela Patricias Mendocinas, comparte días con sus amigos, disfruta de las Artes Plástica y de bailar folclore. Mientras, piensa en su futuro: quiere ser policía.

“Quiero terminar la Secundaria y estudiar para ser policía, si bien no hay ningún policía en mi familia desde chiquita me llamó la atención la tarea que hacen y me encantaría llegar a ser parte la Fuerza”, cuenta la “superbebé” más grande de San Juan.