Los Sisterna tuvieron una reunión con el dueño del equipo Fast Speed, Johnny Hakvoort, para delimitar cómo seguía el futuro de los dos. El binomio sanjuanino sólo pudo correr dos etapas y media con el Buggy atendido por el equipo holandés, es por eso que ellos le reclamaron a Hakvoort algún tipo de resarcimiento. Finalmente el dueño del Fast Speed les ofreció que el auto se quede en la Argentina para que Lino y Juan Pablo puedan afrontar el campeonato argentino de Cross Country y de esta manera conocer con mayor profundidad el Buggy. Ahora los sanjuaninos evalúan cómo hacerle frente, económicamente, a este proyecto.