No pueden evitar emocionarse. Se miran fijo por unos instantes y se les humedecen los ojos. Es que aún no logran comprender el afecto y reconocimiento que despertaron en los sanjuaninos. Son Benjamín y Guillermo Kuchen, padre e hijo, que personificaron a San Martín viejo y joven en el espectáculo final de la Fiesta Nacional del Sol el domingo pasado. Hasta hoy lagrimean emocionados por el éxito de su actuación y firman autógrafos hasta en el supermercado.

Mate de por medio, los Kuchen hicieron un balance sobre su actuación. El primero en hablar fue Benjamín, el padre, quien con su personificación del prócer incursionó en la actuación.

‘Tenía mucho miedo de defraudar el gran esfuerzo de todo el equipo y al público, pero parece que todo salió muy bien. Al menos eso es lo que nos ha hecho sentir la gente. Me siento orgulloso y feliz porque creo que con este espectáculo llegamos al corazón de los sanjuaninos’, dijo Benjamín, sin poder evitar emocionarse.

Lo que más me sorprendió fue el profesionalismo y el compañerismo de todos los artistas.

Benjamín Kuchen - Exrector de la UNSJ

Lo mismo le sucedió a su hijo, Guillermo, cuando dijo que lo que más le sorprendió fue la trascendencia que alcanzó la actuación de ambos y que se mantuviera a pesar del transcurso de los días. Agregó que cuando finalizó el espectáculo en el Autódromo ni él ni su padre pudieron retirarse del escenario.

Durante unos 40 minutos estuvieron recibiendo los saludos y felicitaciones de los espectadores que no quisieron irse sin saludarlos y sacarse fotos con ellos. ‘Eso fue increíble e inesperado. He protagonizado otras obras, pero ninguna con este efecto.

A través de las redes sociales o por mensaje de texto la gente nos felicitó. Incluso nos han reconocido y felicitado en la calle. Ha sido una demostración de cariño que no esperábamos’, dijo Guillermo con la voz quebrada.

Sería un gran logro poder recorrer toda la provincia con el espectáculo final de la Fiesta.

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Guillermo Kuchen - Actor

Para festejar este éxito los Kuchen decidieron comer un asado en familia el lunes por la noche. Guillermo y Benjamín fueron a un supermercado céntrico a comprar la carne y se llevaron otra sorpresa. Ni bien ingresaron al lugar, los clientes se acercaron a felicitarlos.

Entre ellos había una joven que les pidió un autógrafo y una docente que les hizo un pedido más inesperado aún. ‘Nos pidió que algún día ambos, vestidos de San Martín, visitáramos a sus alumnos durante la clase. No hay palabras para definir lo que sentimos con todo esto’, dijo Benjamín.