De festejo. Ayer, Esteban Sefair no fue a trabajar porque los empleados de comercio tuvieron feriado. Dijo que la idea era compartir la tarde en familia, con sus hijas.

Vendió caramelos en un cine ni bien terminó la escuela primaria. Fue cadete y a los 18 descubrió el oficio que lo enamoró: ser empleado de comercio. Aun cuando podría disfrutar su vida de jubilado, Esteban Sefair, que tiene 78 años, prefiere estar detrás de un mostrador, en contacto con la gente, porque dice que lo que más le gusta es vender. Hace 60 años que trabaja en el comercio sin interrupción y pretende seguir así hasta que su cuerpo lo permita. Su historia es un homenaje para los empleados de comercio que hoy celebran su día.

Acababa de salir del sexto grado cuando empezó a trabajar. Esteban contó que era usual en esa época trabajar desde muy chico porque "faltaba la plata" y había que ayudar en la casa. Es por eso que no dudó en dar sus primeros pasos en el mundo laboral. Así fue como se transformó en caramelero de un cine durante largo tiempo. En ese lugar conoció al propietario de una pinturería y le ofreció el empleo de cadete. El hombre no tardó en aceptar la propuesta y cuando tenía 18 años empezó a trabajar en la pinturería Ripón, que estaba en Mitre y Mendoza. Poco después se casó y tuvo cuatro hijo.

"A los siete meses de haber sido cadete me llamaron de la gerencia para preguntar si me animaba a atender a la gente. Contesté que sí inmediatamente. Desde ese día nunca dejé el mostrador", aseguró el hombre, que hasta ese momento había limpiado el local, cargado y descargado carretelas con mercadería y distintos tipos de mandados.

Luego de este empleo pasó a trabajar en otra pinturería que estaba en calle Laprida y Entre Ríos. Posteriormente, por unos 6 años fue gerente en otro local similar que estaba en Jujuy y Libertador. Después de eso comenzó a trabajar en la pinturería Todo Color donde lleva más de 20 años atendiendo al público. "Vi pasar muchos negocios que cerraron sus puertas, fui testigos de crisis y revoluciones, vi pasar muchos gobernadores, muchos presidentes, revueltas, situaciones complicadas. Vi pasar empleados y clientes. Pero siempre seguí adelante porque este oficio me trajo alegrías ya que lo que más me gusta en la vida es vender y estar en contacto con la clientela", aseguró Esteban que, a pesar de estar jubilado, sigue trabajando en el comercio. "Me quedé viudo y el trabajo es un cable a tierra. Me hace feliz. Además, todavía estoy sano y puedo ir a trabajar", contó.
 

Hasta no hace tanto, Esteban iba desde la Villa América, que es donde vive, hasta Benavídez, donde está la pinturería, en su camionetita modelo "73. Luego, su esposa se sacó en una rifa un auto y el hombre cambió de movilidad.


"No paro nunca. Me gusta estar activo. Hoy, que no trabajé porque es feriado, anduve toda la mañana", dijo Esteban, quien aseguró además que los tiempos cambiaron mucho y que en la actualidad los jóvenes que trabajan en el comercio no le ponen la misma pasión. "A algunos les da vergüenza pasar el lampazo o limpiar los vidrios", aseguró y agregó que educó a sus cuatro hijos inculcándoles la importancia del esfuerzo y de no avergonzarse por un trabajo digno.

El festejo
 

El Día del Empleado de Comercio se celebra cada 26 de septiembre y sirve para reivindicar los derechos de estos trabajadores y se les da asueto desde el 2009, cuando se modificó un artículo del Convenio Colectivo de Trabajo.