
El flamante arzobispo de San Juan, Jorge Lozano, fue uno de los 36 prelados de todo el mundo que recibió el palio bendecido por el papa Francisco, en la tradicional misa de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, que se realizó ayer por la mañana en la Basílica del Vaticano.
Monseñor Lozano, quien asumió esta nueva misión el pasado 17 de junio, envió un saludo por redes sociales, mostrando su emoción por el momento. Sosteniendo el palio bendecido, Lozano afirmó en un mensaje de 40 segundos: “Queridos amigos, acabamos de tener esta muy bonita celebración en la plaza de San Pedro. El Papa me acaba de entregar el palio, un signo del buen pastor y de mayor comunión con él y con las diócesis vecinas en la Argentina. Asi que les envío un cariño muy grande, sé que he contado con las oraciones de ustedes y aquí, junto a la tumba de Pedro, renuevo mi fe en el Señor resucitado y rezo también para que Él les bendiga y acompañe siempre. Con mi afecto y bendición”.
El palio es una faja circular que carga sobre los hombros y de la cual penden ante el pecho y en la espalda dos tiras rectangulares, todo de lana blanca, destacándose de ella seis o cinco cruces de seda de color negro o rojo. Llegó a ser de uso ordinario para los arzobispos a partir del IX. Se coloca sobre los hombros del sumo pontífice y de los arzobispos como símbolo del pastoreo y recordatorio de que deben cargar con las ovejas como el pastor lo hizo en la parábola de la oveja perdida.
Y en la misa de ayer, el papa Francisco instó a los pastores y fieles a preguntarse si son ‘cristianos de salón‘ o si por contra son ‘apóstoles en camino‘.
El Papa centró su homilía en tres conceptos ‘esenciales para la vida del apóstol‘, la confesión, la persecución y la oración, y lo hizo ante cardenales, arzobispos, obispos y curas, así como ante una delegación del Patriarcado ortodoxo Ecuménico de Constantinopla. ‘Como San Pedro, también nosotros renovamos hoy nuestra opción de vida como discípulos y apóstoles (…), para ser apóstoles ’suyos’ (de Jesús), no sólo de palabra, sino con las obras y con nuestra vida‘, animó el pontífice.