El robo y los daños de carteles de señalización vial en las calles y rutas de la provincia es una problemática que preocupa y que cuesta millones. Juan Manuel Magariños, al frente de la Dirección de Vialidad Provincial dijo que durante el año pasado repusieron más de 1.000 con una inversión de más de 6 millones de pesos. Sostuvo que este vandalismo no es nuevo y que conspira con la ocurrencia de siniestros viales.

Los números grafican por sí solos la seriedad del tema. Durante el 2018 el vandalismo dejó como saldo 1.022 carteles de señalización vial fuera de uso. Vialidad repuso la totalidad de ellos, una tarea que le costó 6.132.000 pesos. "La cotización del material para fabricar este tipo de carteles es de unos 120.000 pesos por metro cuadrado. Y la medida estándar de la mayoría es de medio metro cuadrado aproximadamente. Vemos que cada cartel nuevo cuesta 6.000 pesos", dijo Magariños.

El funcionario sostuvo que el monto por cartel no es mayor aún porque Vialidad sólo compra el material, ya que se hace cargo de su fabricación y colocación con personal propio.

De los 1.022 carteles vandalizados, 957 fueron de señales de tránsito. De ese total, 235 fueron carteles de señales reglamentarias (prohibido girar en U, ceda el paso, pare, etc.); 191 de señales informativas (Escuela, hospital, etc.) y 531 de señales preventivas (Cruce peligroso, curva pronunciada, etc.). Este último número es el que más preocupa a las autoridades. "Si rompieron o robaron un cartel que alerta sobre un cruce peligroso, se le quita al conductor la posibilidad de tomar las precauciones necesarias y aumenta la probabilidad de que protagonice un siniestro. El vandalismo contra las señales de tránsito puede causar mucho daño", dijo Magariños.

Durante el año pasado también destruyeron 65 carteles de señalización de obras.

En cuanto a los lugares donde se producen más atentados contra los carteles, el funcionario sostuvo que hay más incidencia en las zonas rurales del Sur y Este de la provincia, aunque aclaró que el vandalismo se da en menor o mayor medida a lo largo de los 5.000 kilómetros de caminos provinciales que maneja la repartición a su cargo.

Zona de ataque

En el departamento 25 de Mayo el vandalismo contra los carteles de señalización vial es constante. Así lo confirmó Carlos Lucero, al frente del área de Seguridad Vial en esa comuna. Dijo que en noviembre del año pasado el municipio comenzó con un plan de señalización que incluyó la instalación de carteles de señales reglamentarias, preventivas e informativas, pero que duraron muy poco. "Terminamos de instalar todos los carteles y en menos de una semana ya el 70% de ellos sufrió ataques vandálicos. A algunos los cortaron con una motosierra para llevárselos completos. A otros hasta les pegaron con un tractor para arrancarlos y dejarlos tirados. Es una pena que la gente no tome consciencia de sus actos y sea capaz de cometer estos ataques que pueden terminar causando una fatalidad. Pero esto no nos va a detener para seguir señalizando los caminos", sostuvo.

Agregó que para frenar este vandalismo se pidió a la Policía local rondas más frecuentes por las zonas con mayor incidencia de ataques. Sostuvo que además se planteará a Vialidad Provincial la posibilidad de que estos carteles sean aéreos para evitar que la gente los alcance y destruya,

Magariños dijo que los ataques son comunes en departamentos de la periferia como 25 de Mayo, Sarmiento o Valle Fértil porque hay menos población y posibilidad de ser detectado cuando se vandalizan los carteles.

También se refirió al tipo de daños más comunes que sufre la cartelería. Dijo que la mayoría es atacada a balazos. "Parece que a los inadaptados les encanta practicar tiro contra los carteles. Por los impactos, se rompe la protección refractaria del cartel, la chapa pierde galvanizado y se oxida. En poco tiempo ese cartel queda fuera de uso", sostuvo.

Además agregó que algunas veces arrancan los carteles con el sólo propósito de ocasionar un mal. Otras, se los llevan para darles usos insólitos. Dijo que algunos los usan como compuertas en las fincas, como mesas y hasta como techo de chiqueros. "Hemos realizado investigación y seguimiento para descubrir dónde fueron a parar los carteles robados y los hemos encontrado usados en situaciones insólitas. En la época de competencia de autos de travesía, es común que los competidores usen estos carteles para poner como protección debajo de los vehículos. En algunas ocasiones contamos con la compañía de la Policía para intimar a los autores del robo a que devuelvan los carteles y a exhortarlos de que no vuelvan a cometer este delito. A veces tenemos suerte y a veces no", sostuvo el funcionario.

Opinión

Atentado contra la vida

Por Juan Manuel Magariños
A cargo de la Dirección Provincial
de Vialidad

"No quiero usar la palabra asesino, pero quien destruye o se roba un cartel de señales de tránsito es un enemigo público que perpetra un atentado contra la vida. Romper un cartel es generar un verdadero peligro, ya que en la existencia o no de una señal está la diferencia entre la vida y la muerte. Un usuario de camino al no tener la información de que está cerca de una situación de riesgo está más expuesto a protagonizar un siniestro fatal. No tenemos estadísticas sobre si algunos de los siniestros viales en la provincia fue originado por la falta de señalización, pero seguro que es así. Nosotros tratamos de anticiparnos a estas situaciones, por eso hay una comisión del Departamento de Planificación Vial que recorre permanentemente los caminos y realiza un inventario sobre los carteles para determinar si falta alguno de los que estaban instalados o si hay zonas en las que es necesario colocar nueva señalización".

Inversión

28

millones de pesos fue la suma que invirtió la Dirección Provincial de Vialidad durante el 2018 para la realización de señalización vertical y horizontal en rutas y caminos de la provincia.

Las denuncias

La destrucción de carteles viales puede denunciarse en la Policía como también en los municipios, en la Dirección de Tránsito y Transporte y en la Dirección de Vialidad. Juan Manuel Magariños, de Vialidad, dijo que muchas veces son los choferes de las empresas de transporte de pasajeros los que avisan sobre la falta de señalización.

Fabrican unos 100 carteles al mes

La Dirección Provincial de Vialidad cuenta con su propio taller de fabricación de carteles viales. Allí se reciben los materiales en bruto que se compran mediante licitación para luego fabricar la cartelería que debe cumplir con determinados requisitos y características. "Para hacer los elementos de señalización vertical que son los carteles, se usa chapa galvanizada y postes de madera de laurel, ya que ambos materiales son resistentes a las inclemencias del tiempo, especialmente a los vientos. También se usa papel reflectivo con características especiales de refractancia y durabilidad", dijo Pedro Bruna, de la Sección Señalamiento Vial. Agregó que al mes fabrican en promedio 100 carteles para reponer en las rutas, y que la tarea de instalación también la realiza personal de esta repartición. Bruna explicó que el proceso de fabricación de los carteles viales se realiza en cuatro pasos básicos.

La fabricación

Pintura. Los operarios se encargan de pintar con pintura antihumedad, antióxido y de color gris opaco los postes de madera de laurel y la chapa galvanizada con los que se fabricarán los carteles. Luego, ambos materiales se agujerean para la colocación de los tornillos.

Diseño. A través de un software se realiza el diseño y la elección del color tanto de las imágenes como de las letras que llevará cada cartel. Esta información se envía al plotter donde queda impresa para su utilización. Este proceso se realiza en simultáneo cuando comienza el proceso.

Pegado. Sobre la chapa galvanizada se pega el papel reflectivo de fondo del color que corresponde según el tipo de señal que mostrará. Este papel se rocía con agua con detergente para luego pegar sobre él las letras y figuras de la señal y poder moverlos hasta darle la ubicación justa.

Armado. Por último se procede el armado del cartel. La chapa con la señal correspondiente es acoplada al poste de madera. Se hace mediante el uso de tornillos de gran tamaño para un mejor y más seguro agarre. Se golpea la rosca saliente para que quede como remache.