Mientras el operativo de trasladado de pacientes ocupaba a buena parte de los trabajadores del sector de Urgencias del Hospital Rawson, otro tanto tuvo tiempo para despedirse de su antigua casa antes de entrar a ocupar la nueva. Los sentimientos comunes entre los trabajadores que fueron parte del traslado a la Fase III del nuevo Hospital Rawson estuvieron mezclados, entre la nostalgia y la emoción.

Isabel Antuñez – 22 años en el área de Estadísticas

“Esta es mi familia, mi casa. En este viejo edificio trabajamos todos muy unidos y ahora estaremos separados por sectores, es difícil cambiar el modo de trabajar. Vamos a tener que acostumbrarnos”.

Patricia Rivero – 18 años en el sector de Estadísticas

“Esto es muy movilizante. Recorrí el nuevo edificio y es hermoso, pero a uno le cuesta dejar el lugar en el que pasó tanto tiempo. Fíjese que nosotros somos los últimos en irnos”.

Roberto Rodríguez – 20 años como oficial de Guardia

“Esto implica un desafío. Hay que adaptarse a la nueva distribución, la nueva tecnología. Este lugar –por el edificio nuevo- se va a extrañar mucho. Será cuestión de adaptarse”.

Oscar Bozelli – 29 años como oficial de Guardia y camillero

“Nos vamos con una lágrima. Los recuerdos que quedan en este lugar son muchos. Hay cosas, lindas, cosas feas y todo eso resurge. Pero uno está para darle una mano a la gente y lo seguiremos haciendo”.

Diego Oyola – 7 años de ayudante de Enfermería

“A uno le nace la extrañitis. Es un cambio tremendo que ayuda a lograr el mayor bienestar del paciente y nosotros ponemos nuestro granito de arena para que eso suceda, es nuestra función. Pero acá dejamos miles de recuerdos”.