A contrarreloj. Los obreros del Hidrobiológico están colocando el techo y terminando de hacer toda la carpintería metálica de lo que será el laboratorio.

Su funcionamiento será clave porque ayudará a determinar si el agua del río o los diques está contaminada a raíz de la presencia de determinados microorganismos. Es por eso que los empleados del Instituto Hidrobiológico de la provincia están trabajando a contrarreloj para terminar la estructura donde estará la aparatología. Se trata de un inédito laboratorio, que será único en la región de Cuyo.


El laboratorio servirá para realizar estudios acuáticos de alta precisión y ya están terminando de colocar el techo y de realizar la carpintería metálica. La idea es inaugurarlo a fines de marzo, según dijo el encargado del Hidrobiológico, Cristian Quiroga. Lo que se hará es estudiar los microorganismos, sobre todo los de la vegetación que está en el agua de los ríos, en un primer momento. Luego, la idea es que a los monitoreos se sumen los diques y es por eso que el Instituto ya está estudiando un convenio para firmar con Hidráulica de la provincia.


“Lo que se buscará es la ausencia o presencia de determinada vegetación para ver qué calidad tiene el agua, si está contaminada o no”, dijo Quiroga. Hace unos años, la presencia de algas que consumieron el oxígeno del agua, sumada a la baja cota del dique San Agustín, ocasionó una importante mortandad de peces. Lo que este laboratorio hará es determinar rápidamente y con mucha precisión la existencia y las causas de la contaminación.


Los aparatos que tendrá el laboratorio, que costaron más de 200 mil pesos, servirán para medir otros parámetros físicos como la conductividad del agua o el pH, y hasta la salinidad. Hoy los estudios que se hacen en la provincia al respecto no son del todo precisos porque se realizan de manera precaria. Algo que no sucederá cuando esté en marcha el laboratorio.


Hasta ahora, el Instituto Hidrobiológico sólo monitorea los ríos sanjuaninos, pero buscan hacer lo mismo con los diques. La idea es evitar que vuelva a suceder lo que ocurrió hace unos meses en el dique Los Caracoles, cuando hubo una mortandad importante de peces, tras una creciente que bajó de la montaña.