No se trata de una reliquia más. La gota de sangre del Papa Juan Pablo II tiene una significación especial para el mundo de los creyentes católicos sanjuaninos. Es que es una de las 8 reliquias de primer grado (parte del cuerpo), que se repartieron en todo el mundo. Y es la segunda de Argentina ya que en Chaco se encuentra la otra.

Fue el padre Rómulo Cámpora quien hizo los trámites para que esta reliquia llegara a San Juan y la instalaran en la Catedral. Según el párroco, la gota de sangre fue sacada del cuerpo del pontífice cuando aún estaba con vida. Cuando le extrajeron sangre para hacerle unos análisis, su secretario personal pidió a los médicos conservar una pequeña cantidad de la misma. Luego de la beatificación, se concedió que 8 gotas de esa sangre fueran a distintas iglesias del mundo.

Esta no es la única reliquia del Papa que hay en San Juan. La otra, que es un trozo de su sotana, está en Villa Krause.