Los hematomas o moretones son las lesiones superficiales o traumas más comunes que se sufren ante algún golpe. El mismo provoca que los vasos sanguíneos que se encuentran cerca de la superficie de la piel se rompan. Esto lleva a que una pequeña cantidad de sangre se filtre a los tejidos debajo de la piel. La sangre atrapada puede provocar un moretón que va cambiando de color.

Si bien por lo general desaparecen solos con el paso de los días o semanas (según el tamaño y color), dependiendo de la gravedad del golpe, se pueden realizar algunas acciones para reducir el dolor y la coloración.

Reposar la zona del moretón si es posible

Para evitar que la lesión se haga más grande o demore más tiempo en recuperarse, en la medida que te sea posible reposa la zona. No fuerces los músculos y si el golpe es producto de una actividad deportiva o artística (como danza), durante un tiempo utiliza protección hasta que sane la lesión por completo.

Tratamiento con frío

Aplicar hielo en la zona alrededor de 10 minutos inmediatamente luego de provocado el golpe para reducir el flujo de sangre. Esto puede evitar que el moretón sea visible y reducir la inflamación. Repetir varias veces al día durante dos o tres días, según se considere necesario.

Tratamiento con calor

Para mejorar la circulación e incrementar el flujo sanguíneo puedes aplicar calor. Esto además ayudará a reducir los músculos tensos y aliviar el dolor.

Comprensión

Coloca una venda elástica en la zona del moretón si presenta inflamación, sin ajustar demasiado.

Al ejercer presión sobre los tejidos y evitar que los vasos sanguíneos fluyan se reduce la severidad del moretón y ayuda a reducir el dolor.

Elevar la zona lesionada

De ser posible, elevar la parte del cuerpo que presenta el moretón sobre el nivel del corazón para aliviar el dolor y drenar los líquidos fuera del área afectada. No solo ayuda al proceso de curación, sino que permite descansar y relajarse.

Aloe Vera

La mágica planta con propiedades antinflamatorias y regeneradoras también sirve para este tipo de lesiones. La carne del aloe reduce el dolor y la inflamación. Si está fría, es efecto calmante es mejor.

¡No lo hagas!

Aunque resulte tentador o curioso, no intentes pinchar la zona del moretón con una aguja o similar, ya que se podría provocar una infección de mayor gravedad.

El color de los moretones

Según el tono de piel será el grado de evidencia de la lesión y su coloración, pero durante el proceso de curación, el color y el tamaño se van modificando.

Con frecuencia comienza con un color rojo debido a que la sangre fresca comienza a acumularse bajo la piel.

Con el paso de los días (o incluso horas) comienza a cambiar el color ya que la sangre pierde oxígeno. En un comienzo puede lucir azul, morado e incluso negro, todo dependerá de la gravedad del trauma. El dolor y la inflamación pueden ser más evidentes en esta etapa.

Si no se ha seguido ejerciendo presión o golpes en la zona afectada, en un periodo de 5 a 10 días el color cambia a amarillo o verde. Esto es debido a la biliverdina y bilirrubina que el cuerpo produce cundo se descompone la hemoglobina. El dolor persiste, pero en menor medida.

Al cabo de casi dos semanas, el trauma adopta un color amarillento-café o café calo, según la tonalidad de la piel. En algunos casos a estas alturas el moretón ha desaparecido.

¿Cuándo consultar a un profesional?

*Si se presenta una inflamación dolorosa en la zona del moretón.

*En caso que el dolor persista luego de tres días y no se haya achicado el tamaño o cambiado el color de la lesión, sino que por el contrario continúa creciendo.

*Si aparecen moretones grandes y dolorosos por razones desconocidas. Hay que prestar atención a la zona del torso, espalda y rostro.

*Antecedentes familiares de formación de hematomas con facilidad o sangrado.

*Ante la sospecha de fractura o fisura.

Si el moretón no desaparece, empeora o similar, no dejes de consultar a un profesional, quien determinará si existe una causa más grave que se desconozca. En casos extremos se puede tratar de trastornos de hemorragias, como hemofilia, huesos fracturados, algún tipo de cáncer o problemas hepáticos.