UNA PLANTA fotografiada esta semana. Arriba el microaspersor blanco.

Quizás las palabras sinceras de Leonardo Lloret, en su monte de almendras en las tierras pocitanas, lo resumen todo: "Yo estoy conforme con el equipo, la intención inicial es defendernos contra las heladas pero ahora hemos comprobado que también tiene beneficios de protección contra los daños del viento Zonda".


Mientras visitamos al emprendimiento agrícola, sobre calle 9, bien al oeste de la sierra del Quinto Cuartel, el productor y su ingeniero agrónomo asesor, José Más, explicaron que el sistema de microaspersores, ubicados en altura, sobre las plantas, es un método simple local, basado en la experiencia española de AWS (Agro World Spain). E inicialmente sondeamos tecnología israelí. Se adaptó a las condiciones internas y a los cálculos del propietario y su profesional colaborador.


"Lo armamos en el piso, luego lo subimos, con cuadrillas de parraleros, y finalmente lo tensamos. Ha aguantado bien los embates de vientos y tormentas varias también".


El sistema es a prueba y error, y así están ensayando todo en forma permanente, según comentaron los entrevistados por Suplemento Verde.


Lloret mencionó mientras se recorría el cuartel frutal, que en control de heladas, con mediciones caseras de temperaturas en el predio, a fines de agosto se logró aguantar hasta 5 grados bajo cero, y esto fue muy beneficioso. "Y este año también, lo utilizamos ante el aviso de un fuerte viento Zonda que se venía, llegando a los 40 grados Celsius en la finca, donde se logró bajar 5 grados con el equipo funcionando".


El sistema de alarmas está fuera del monte frutal, y dentro del mismo.


El 40% de todo el monte tiene los microaspersores, y el beneficio es notorio, por ello el agricultor desea extenderse al 100%. 


Más destacó: "En el caso de las heladas, el equipo lo prendemos por lo menos dos horas antes de la mínima, y toma al predio con buena humedad. Y para el viento Zonda, lo iniciamos a unos 33 grados Celsius".


Quizás uno de los aspectos a considerar, es que este equipamiento exige que no haya cortes de luz durante la defensa contra estos accidentes climáticos.


Los tres ítems que son básicos para poder defenderse son la continuidad, la presión y la cantidad de agua aplicada.


 

Yo estoy conforme con el uso de este sistema. Es un desarrollo local, de una idea española. Hay que seguir probando.

Leonardo Lloret, productor

En general, estamos ensayando de todo con el equipo. Y hasta el momento, nos defendemos de las heladas y del viento Zonda.

José Más, ingeniero agrónomo

En números

90

por ciento de la almendra producida se vendió a negocios de Buenos Aires.

5

grados bajo cero aguantó en las heladas. Y 5 ºC bajó la temperatura del Zonda.


 

Detalles del equipamiento y de la temporada frutal

Plena floración del monte frutal en cerros pocitanos.

Los almendreros sanjuaninos tienen una guerra, literalmente, con las heladas. Y en menor medida, con el viento Zonda. Han tratado de diversas maneras de defenderse, entendiendo que no se pueden "controlar" estos accidentes climáticos.


Lloret y Más cuentan que averiguaron de sistemas de otros países, siempre en frutales, como carozos, manzanas y perales, en España e Israel. Hasta que se decidieron.


Lo que eligieron fue por economía, practicidad y posibilidad de llevarlo a cabo. Se trata de líneas de microaspersores aéreos, ubicados a 5,70 metros de altura, seleccionando uno para cada planta frutal. Son livianos y por ello tienen un contrapeso para mantener la verticalidad.


En resumen, la estructura es con postes gruesos de 7 metros de altura, en la parte externa; luego, en el interior, se colocan postes finos (intermedios) también de 7 metros de altura.


Van alambres 17/15 tipo parralero, y en los postes intermedios van 4 tensores con criquet; los aspersores y las cañas van con ajustes que les permiten moverse libremente con el viento.


Va una bomba principal de riego y con otra bomba adicional, se puede regar a nivel de piso y si es necesario, simultáneamente, irrigar en altura para luchar contra las heladas.

La helada del 20 de agosto en una toma impresionante.


Estos microaspersores son de 70 metros, y al final de la finca, se están probando unos de 90 metros; en España usan unos de 40 metros, tipo micropulsores, más económicos, que utilizan poca agua y consumen menos energía.


Con termómetros de alerta ubicados al Sur y con un rango de temperaturas para llegar a crear el ambiente, cuando se llega a los 2 grados Celsius (no esperan al 0 ) se prende el equipo. Al entrar en régimen crea una lluvia fina pareja, tipo invierno, que cae sobre las plantas y hace como un microclima pequeño. Se controlan las mediciones y se deja prendido 2 horas más cuando terminó la helada.


Este monte cuenta con tres varietales, Emilito INTA, muy buena almendra, tardía; Non Pareil, que madura algo más temprano y Peerles, que es de ciclo medio, y algo la tira el viento. Antes hubo Merced, pero se retiró. El año pasado obtuvo una cosecha de alrededor de 2.360 kilos y este año calcula el productor será similar o mayor.


La helada fuerte fue del 19 para el 20 de agosto, usaron 16 horas de agua en el primer día; y con las fotos (agradecimiento al Ing. Agr. José Más) se puede ver que aguantó los 5 grados bajo cero. Mientras que en el caso del viento Zonda, fue el día 22 de septiembre pasado, prendiendo el equipo a los 33 grados de temperatura, y habiendo llegado al final en el ambiente a 40, se logró bajar a 35 grados y estacionarla ahí.

Frutos de almendras y un microaspersor de los utilizados en este sistema.


Por otra parte, la visita del español José Ramón Fernández, experto que estuvo en la provincia en el mes de agosto, fue aprovechada íntegramente. Lo invitaron a recorrer la propiedad rural de Lloret y opinar del uso del sistema aéreo de microaspersores. El europeo les ratificó que están por buen camino, sólo les recomendó seguir cuantificando todo lo que realicen con el equipo.


Una de las ideas de estos emprendedores sanjuaninos es extenderse a toda la finca si es posible, pero con los emisores de 40 metros, bajando costos generales de uso y aumentando la eficiencia.