Las plantas trepadoras, también conocidas como enredadera o escandente, se les llama en botánica a aquellas plantas que no se sostienen por sí mismas, sino que necesitan de algún soporte (un muro, un peñasco, otra planta, etc.), para mantenerse erguidas, empleando para ello órganos como uncinos, zarcillos o raíces. Aunque la definición de planta trepadora, rastrera y colgante es sencilla, como veremos a continuación, no resulta fácil en absoluto establecer si una especie está dentro de un tipo u otro. Una misma planta podríamos encontrarla trepando, arrastrándose o, incluso, colgando, en función de su situación y del soporte sobre el que esté creciendo. Incluso podremos encontrar ejemplares que todo el mundo da por hecho que son plantas trepadoras, creciendo como arbustos o, incluso, como pequeños arbolillos (vides, hiedras, etc.).


Las plantas trepadoras con flor son unas aliadas perfectas para disfrutar de su belleza sobre todo en los meses de sol, época del año en la que la mayoría de ellas comienzan a regalarnos su floración. Para ello, un factor importante es elegir convenientemente la planta trepadora ideal para cada espacio y según sus necesidades (algo fundamental ya que, de no cumplir con ellas, lo más probable es que no florezcan).


Un toque distinguido

Nos centramos en aquellas trepadoras que tienen flores, si bien la lista es extensa, te recomendamos algunas, que de acuerdo al estilo de jardín seguro funcionaran bien:


Rosales trepadores


Pertenecientes al género de las rosáceas, de tallos espinosos, fuertes y leñosos, suelen alcanzar una altura aproximada de 5 m hasta 20 m. Además, gracias a su tipo de crecimiento, basado en la creación de fuertes chupones, estas plantas son perfectas para decorar y tapizar con facilidad zonas elevadas como pérgolas, espalderas, fachadas y todo tipo de superficies en altura. Además, otro motivo por el cual son tan buscados para decorar exteriores es que la mayoría de rosales trepadores son olorosos, como todas las rosas bien cuidadas. Algunos rosales trepadores son: Iceberg, Cockteil, Don Juan, Gloria Dei Peace, entre otras.

Buganvilla

Esta planta trepadora, también conocida con el nombre de flor de papel o Santa Rita, es una de las plantas más fáciles de cultivar. Se adapta a cualquier tipo de suelo menos a los arcillosos. Es sensible a las heladas y requiere buena luz solar. Están las de flor fuxia, naranja, rojo intenso y blanca.


Bignonias


Esta planta conserva su verdor durante todo el año, aunque si la temperatura baja de los -10ºC puede perder parte de su follaje. Aunque se desarrolla mejor en suelos bien drenados, se adapta a distintos sustratos. Es de crecimiento rápido si tiene las condiciones dadas. Lo ideal es que reciba luz solar pero no de forma directa, en la semisombra crece de manera óptima. Sus flores de color rosa intenso crecen en grupos de hasta cinco ejemplares y cada una mide de 4 a 5 cm.


Aquebia

Sus tallos son leñosos, sus hojas son carnosas y de un color verde muy intenso, sus flores son pequeñas, con tres pétalos de color rosado violáceo o púrpura y crecen en racimos de tres. Florece a finales de la primavera y, para crecer apropiadamente, necesita un soporte como pared, valla, pérgola o cualquier superficie por la que pueda trepar.


Pasionaria

¡Una de las flores más espectaculares que se puede disfrutar! La Flor de la Pasión es una maravillosa planta trepadora que crecerá a pleno sol con facilidad y florecerá de manera abundante durante el verano. De crecimiento rápido siempre que tenga un espacio para trepar, no nos exigirá muchos cuidados para lucir. De riego constante durante los meses de floración, haciendo que el sustrato permanezca húmedo pero nunca encharcado. Proteger la planta de las heladas durante el invierno.


Glicina

Esta trepadora es maravillosa pero hay que tenerla bajo vigilancia ya que es invasiva (y, según dónde la plantemos, puede ser perjudicial). Con una floración maravillosa durante toda la primavera, la Glicinia requiere pleno sol o en semi sombra. No es exigente con el suelo sino, más bien, dada a crecer con fuerza en casi cualquier lugar. Lo que sí necesita es que el emplazamiento de plantado retenga la humedad, aunque esto no es excluyente de que tenga un buen drenaje.