CICLISMO / Rubén y sus hijos Rubén, Duilio, Andrés y Exequiel Ramos 

 

  • Una cadena en generaciones y de bicis

 

"Venimos de una familia de ciclismo, mi papá corría en los libres, cuenta Rubén Eleazar Ramos, mi hermano mayor, Duilio Alfredo Ramos, falleció corriendo en el año 1979. Yo empecé a los 14 años a competir y en realidad, todos en mi familia corríamos en bicicleta.


Con el correr de los años creo que no he sido un ciclista espectacular, tenía un algo, es decir un poco de condiciones más la pasión es lo que me llevó a que pueda conseguir logros. Corrí hasta los 32 años hoy tengo 51 años.

Para mi entender el ciclismo se trae en la sangre, no cualquiera puede serlo. Es por una cuestión de genética, porque se transmite viviéndolo como me ocurrió a mí con mi padre. Me crié con ruedas y bicicletas, tenía 8 años y mi padre se dedicaba a la bicicletería, centraba ruedas, siempre estaba al lado de él; por ejemplo entraban al negocio y escuchaba al Payo Matecevach, Vicente, Cacho Bustos, algunos de los renombrados que recuerdo. Entonces, al compartir esto y escuchar el domingo la carrera juntos, es lo que hizo de mí esta pasión.


Yo soy casado con Karina Meglioli, tengo cuatro hijos, el mayor Rubén Gabriel Ramos cumple 31 años, Duilio Alfredo Ramos, 26 (se llama igual que su hermano fallecido, Andrés Walter Eleazar Ramos, 22 y Exequiel Walter Ramos, 18.


En cuanto a mi ocupación de entrenador, lo aprendí de mi profesor Pablo Nale y de un deportólogo, esto era cuando competía. La anécdota es que cuando el deportólogo tomo mis mediciones para el ciclismo, eran catastróficas, daba para boxeador o cualquier otro deporte, menos para el ciclismo. Tan es así que el profesional con el tiempo vio mis resultados y quedó admirado. Competí hasta los 32 años que me retiro y es ahí cuando empiezo a entrenar. Fui técnico en la Agrupación Virgen de Fátima, en Mardan, en Rawson, Palmar del lago, actualmente estoy en Continental de Pocito y en el 2004 empecé hacerme cargo de la selección de San Juan. 

Con respecto a mis hijos yo no deseaba que corrieran, porque es un deporte muy duro y sacrificado, con mi mujer hablábamos mucho de este tema. Mi hijo mayor quiso correr de pequeño tenía 2 años, pero no le gustaba perder y entonces se peleaba con los otros niños. Así que decidimos cortar con esto y volvió a los 7 años, pero de una forma no exigente. Ya con 14 años tomo el ciclismo de una manera especial como hasta el día de hoy. Duilio está corriendo en España.


Desde pequeños mis hijos se criaron con bicis y yo trabajo como bicicletero, vale decir que a ellos les pasó un poco como a mí, digo mi historia, todo giraba en este mundo. Rubén, es Campeón Argentino de ciclismo, tiene muchos títulos de ruta de mayores, de pista y otros más. Duilio es campeón de sub 23 de ruta, tiene varios títulos y hoy vive en España. Andrés, acompaña a los hermanos y los masajea, porque se preparó en esto, anda en bici pero no compite. Juega en primera en futsal en Deportivo. Exequiel, el más chico, compite en ciclismo.


Como papá entrenador he tratado de ser lo más neutral posible porque no podía beneficiarlos. Siempre fui muy duro en los entrenamientos con ellos, por ejemplo si tenían que hacer 5 pasadas a ellos les inculcaba que hicieran 6, siempre más y no menos. En la selección sanjuanina siempre los mandaba primero a ellos, porque esto es lo más duro. Lo mismo ocurría en los tiempos de seleccionar, siempre les decía que se ganen el lugar. Les aconsejaba que debían entrenar y tomar los tiempos para hacerlo mejor. Nunca fueron a ningún lado acomodados. 

Siempre estuve firme y gracias a Dios me dio resultado. El mayor nunca tuvo problemas es muy aplicado, el segundo era más rebelde, el tercero es bien tranquilo, y el más chico es una mezcla de todos y le inculco el ejemplo de su hermano mayor. Discusiones no hemos tenido, esto era blanco o negro, a la hora de entrenar hay que hacer pasadas y lo hacían. Siempre entre los hermanos fueron competitivos así jugaran a una carrera de autitos. Todo es competencia, pero mi relación con ellos como entrenador, nunca tuvo grandes desavenencias.


Como todo padre vivo los triunfos de todos ellos, pero valoro los resultados de trabajo en ciclismo, muchas veces en silencio porque también entreno a sus compañeros. Siempre les digo: "Hagan, cosechen y a la bolsa; al final del camino recién cuenten lo que han ganado". No es fácil ser un ciclista, hay un camino duro detrás de este deporte: hacer dieta, esquivar las fiestas, evitar la Coca Cola, no comer un lomo, solo comer fideos blancos y mi orgullo está en esos resultados, físico, nutricional, entrenamiento y rendimiento. Mis hijos me responden.


Rubén que está en la selección, en agosto corre en los Juegos Panamericanos. Duilio compite en julio en el campeonato Catalán de Barcelona. Andrés, está en el campeonato de futsal y el más chico termino el campeonato argentino y el próximo objetivo es el binacional en octubre.


Para mí el regalo del día del padre es saber que ellos hacen algo que les gusta y apasiona, más allá de estudiar. Siento orgullo como padre de no rabiar con otros problemas que tienen muchos jóvenes hoy, ya es un regalazo, y lo digo porque que he tenido amigos que están muertos y en el penal y yo elegí el ciclismo y así no me desvié. Eso es lo que les dejo a mis hijos, verlos hacer un deporte pero felices y sanos. Mi mujer un coequiper fundamental en esta familia, coincidimos en no exigirles a que hagan algo que no quieran. Lo hacen porque les gusta y les apasiona. No confundir los roles, cuando tengo que ser padre o entrenador, es fundamental. Los diálogos son importantísimos entre nosotros y me enriquezco de ellos. Es mi humilde consejo para padres entrenadores, ser neutral a la hora de enseñar y a la hora de ser padre saber escucharlos y no cerrarse".