El 8 de septiembre de 1856 se fundó, en la localidad santafesina de Esperanza, la primera colonia agrícola. Estaba conformada por 1.162 personas de origen suizo que tomaron la parcela que se les había asignado y trabajaron arduamente para alcanzar su sustento.


En un país como el nuestro, con una gran extensión de tierras y con personas entusiasmadas por trabajarlas, la agricultura fue un factor fundamental para el desarrollo económico y social. Instituciones como el INTA fueron creadas para acompañar a los productores a mejorar su trabajo y valorar la tierra como herramienta para aumentar su economía a través de los años. De esta forma y con este pensamiento, Argentina logró instituirse como un país agroindustrial como "el granero del mundo".


El 8 de septiembre de 1910, el centro de la ciudad de Esperanza se transforma en sede del Monumento a la Agricultura Nacional. Ya en 1944, el gobierno nacional declara el 8 de septiembre como Día Nacional del Agricultor, "en reconocimiento del esfuerzo y valor de los agricultores que con su trabajo diario contribuyen al progreso de nuestra nación".


Para los gobernantes de aquel momento "al establecer el día del agricultor, lo que se ha querido, en realidad, es honrar al labrador, a los hombres y mujeres que cultivan la tierra, y a la agricultura, como elemento básico para el desarrollo de la humanidad".


El 4 de diciembre de 1956 por medio del Decreto Ley 21.680/56, este organismo nació con la finalidad de "impulsar, vigorizar y coordinar el desarrollo de la investigación y extensión agropecuaria y acelerar, con los beneficios de estas funciones fundamentales, la tecnificación y el mejoramiento de la empresa agraria y de la vida rural".