El tema particularmente hoy, para la obtención de hortalizas protegidas, es cuidarse del frío. Y el asunto cobra dimensión si analizamos los costos, el componente económico más importante para cualquier productor rural, conjuntamente con el limitante coyuntural del faltante de agua, por la sequía extrema que vive nuestra provincia.


De esto último ya hemos hablado extensamente en nuestras páginas, de ediciones anteriores, pero de la protección ante las bajas temperaturas invernales, es tiempo de dar la realidad de nuestro agro.


Con Suplemento Verde esta semana salimos a recorrer invernaderos, de distinto tamaño, de diferente tipo, de tecnologías variadas, pero siempre con la intención de ver cómo se defienden del frío.

Lucía y Pedro muestran lechugas y acelgas obtenidas.

En la Granja Orgánica Tía Nora, un hermoso emprendimiento agroturístico que está ubicado geográficamente en la misma entrada del departamento Albardón, unos metros al Este de la Ruta 40, Pedro Gómez y Lucía Córdoba llevan adelante esta iniciativa.


"La naturaleza en familia" es el lema aquí. Hay producción colorida y variada de hortalizas y aromáticas, se adiciona la obtención de plantines en invernaderos, y también a cielo abierto. Frutales de carozo, diversas vides, asimismo animales de crianza, todo manejado por los propietarios, su familia, y unos pocos empleados. El sitio es elegido por gente de la provincia y viajeros, antes muchos extranjeros, hoy nacionales, para visitas diarias, comidas artesanales y hogareñas e incluso té, siempre con reservas anticipadas y alojamiento. Incluso se reciben intercambios y a los interesados se les enseña a trabajar en las labores diarias de granja. 


Ya metiéndonos en el tema de hoy, ellos han probado distintas maneras de calentar las naves de invernaderos, siempre con el método de "prueba y error" como cuentan Pedro y Lucía. "El año pasado, hicimos una estercolera externa, con guano y restos, de unos 10 metros de largo, por unos 2 de ancho, por casi 2 de alto. En su interior, serpenteando, colocamos una manguera flexible (de las usadas comúnmente en bodega), y en dos alturas diferentes, ubicamos las salidas, para adentro del invernadero. Los primeros días, funcionó espectacular, hasta que, cuando más calor necesitábamos comenzó a escasear el aire caliente. Reformulamos todo (con el sistema que veremos luego) y al desarmar el sistema, descubrimos que por el peso, por el calor y por la presión, la manguera se acható y se cerró".


Continúan diciendo "hoy trabajamos con 3 composteras, una a la entrada de la nave, otra al medio y otra al fondo, que tienen un caño metálico, que elevamos del piso, que abajo toma el aire frío y arriba libera (luego del paso por la mezcla) del aire caliente. Es económico y simple. Lo bueno es que es doble propósito, el guano calefacciona en invierno y en tres meses, se hace compost, que reutilizamos en otros canteros, macetas y viveros".


Dijeron "hoy tenemos ya bandejas de pimientos, tomates y otras verduras, como también un viverito de especies aromáticas, que queremos extender, con cosmos, arvejillas, malva real, además de lavandas, romeros, oréganos y las clásicas".


El abono orgánico de Granja Tía Nora está preparado con tierra que se ha pasado previamente por un molino, guano, paja y hojas molidas, harina de roca (polvo de travertino), levadura, azúcar y gallinaza, para inocular microorganismos y además suero lácteo. A cielo abierto, además de lechugas de varios tipos, grupos de espinacas y acelgas, tienen kale, el "superalimento", muy buscado hoy por sus cualidades alimenticias y saludables.

Las mantas térmicas van a unos 2 metros de altura y a los costados, de cortina.

En mayores escalas, se vienen las mantas térmicas

Varios integrantes de la Cámara de Productores Bajo Invernadero de San Juan Asociación Civil, han cambiado en esta temporada invernal de sistema de calefacción.


Y es que ahora se utiliza la manta térmica, dentro del módulo, a unos 2 metros de altura, como una especie de cielo raso, protegiendo las líneas de plantas de tomate, por ejemplo. Además, se hace cortina con esta manta térmica, por fuera. De esta manera, se hace una doble aislación térmica.


La diferencia de temperatura entre el exterior y el interior es de unos 4 grados Celsius.


La frase de los productores define el sistema adoptado esta campaña "con la manta térmica, ni me levanto a controlar las heladas como antes", que era con quemadores de combustibles.


Hay nuevas naves con estos sistemas en los departamentos de Caucete, Santa Lucía, Pocito y por supuesto, Albardón, que es el sitio emblema para esta actividad rural. La medida más trabajada es de 1.000 metros cuadrados de superficie.

Caloventor usado en los invernaderos locales.

Muy común es el caloventor, es uno por cada invernadero, que trabaja utilizando como combustible principal el gasoil. Eso en un 90% es lo que más gente usa. De 55.000 calorías por hora.


Para conocer en detalle el asunto, hablamos con el productor Facundo Martín, que expresó "una noche típica de helada, dura 3 horas. Y en esa duración de control, se gastan 20 dólares (siempre tipo oficial) para una nave de mil metros cuadrados. 


Y la manta térmica, que se consigue en el comercio agrícola local, tiene un costo de 120 a 125 dólares, para esa superficie. Y la duración del material, si se hace un buen manejo, cuidadoso, es de 3 años. 


O sea, que con sólo 6 noches de helada, se amortiza el costo de la manta térmica, aproximadamente. Un nuevo sistema que en esta campaña, evaluarán bien los productores de hortalizas sanjuaninos, con invernaderos de distinta superficie, de diferentes estructuras y materiales, que ven en el tomate redondo muy temprano o muy tardío, el zucchini o calabacín, el pimiento cuatro cascos y otras verduras fuera de fecha, su salida comercial y de vida.


Ya son 33 los socios de esta agrupación, que ocupa una gran distribución en la provincia, y se extiende desde Albardón, a Pocito, Santa Lucía, Caucete, Angaco, Chimbas y Rawson.


Los que se inician, trabajan con naves cubiertas de 1.000 metros cuadrados, pero hay socios que van creciendo y ya tienen varias unidades, totalizando, 5.000, 7.000, 12.000, 18.000 y hasta 50.000 metros cuadrados de invernaderos. Estos últimos incluso, distribuidos en más de un departamento.

En cifras


1.000 metros cuadrados es la medida de superficie más utilizada en los nuevos invernáculos sanjuaninos.



55 mil calorías por hora tiran los caloventores usados por los chacareros en sus naves productivas.


3 horas es la duración más tradicional de una helada según la mayoría de los socios de la cámara. 


120 y hasta 125 dólares (valor oficial) cuestan las mantas térmicas que se usan en cielo raso y cortinas.


6 noches de control con el método tradicional, se igualan con el costo de la manta térmica hoy utilizada.