“Días atrás fui a visitar a la escuelita de La Isla y cuando llegué unos nenes me tomaron de la mano y me llevaron hasta la ventana de su jardín. Allí estaban las macetitas con las plantitas creciendo que plantaron en el vivero”, contó conmovido Eduardo Buso, responsable de Relaciones Comunitarias de Troy Resources, la operadora de la mina Casposo en Calingasta.
La experiencia de Buso es el resultado final de un proyecto que desde marzo de este año, está destinado a la visita de escolares al vivero que Casposo tiene en Alto Calingasta.

Alumnos de nivel inicial y primario de la escuela rural “12 de Octubre” de Colón y chicos de primero y segundo grado de la “Clotilde Guillén de Rezzano” de la localidad de La Isla, lo visitaron recientemente, aprendieron sobre la flora del lugar y plantaron sus propias plantitas en macetas hechas con envases en desuso de la mina. A su vez, los docentes se llevan un árbol para plantar en la escuela.

La iniciativa surgió con la idea de abrir las puertas de Casposo a la comunidad. Como por un tema de seguridad los más chiquitos no pueden visitar el yacimiento, se decidió por esta alternativa didáctica en el vivero. “Lo que hacemos es un mini tour que culmina en el vivero, con movilidades de la empresa los pasamos a buscar por la escuela y hacemos un pequeño recorrido por la Villa de Calingasta por sitios destacados como puede ser La Capilla, porque aunque resulte increíble, muchos no la conocen, es más, ni siquiera han salido de su pueblo. Luego llegamos al vivero donde les enseñamos a preparar la tierra en macetas recicladas en las que plantan semillas de rápida germinación que luego se llevan de recuerdo”, detalló Buso.
El tour también incluye una taza de chocolate con galletitas y de souvenirs cartucheras también realizadas con botellas recicladas, hechas por las mujeres del taller de reciclado que funciona en la Unión Vecinal de Calingasta.

El vivero, denominado de “usos múltiples”, se encuentra en la finca “El Remanso”, propiedad de la minera en Alto Calingasta. En el lugar producen especies nativas y exóticas, cuyos ejemplares luego son utilizados para revegetar la mina o para donar a instituciones o escuelas que requieran forestar el lugar. También cultivan aromáticas y medicinales y tras un convenio con la Facultad de Exactas de la UNSJ, específicamente con la carrera de Biología, se capacitó a tres calingastinos para el manejo del vivero. “Con la decisión de abrir la convocatoria a la visita de las escuelas, ampliamos nuestra llegada a la comunidad que es el fin que buscamos.

La experiencia es muy grata y por la buena repercusión seguramente continuaremos el año próximo”, adelantó Eduardo Buso. Con este fin, es que en el vivero se comenzó a montar una pequeña granja con animales. Ya hay pavos, chivos y gallinas, y a futuro se piensa en incorporar otras especies.