Basta reconocer que la comunidad internacional lo ha bautizado como “el material del futuro”. El grafeno llegó para sacudir todas las estructuras de la industria en general por su fácil composición y sus enorme y eficaces aplicaciones. Este desconocido material es cien veces mejor conductor de electricidad que el actualmente conocido silicio. A su vez, posee una composición extremadamente resistente, ya que por su estructura hexagonal, posee mucha mayor fuerza que el diamante. La nueva joya de la industria moderna tomó público conocimiento en 2004, cuando fue sintetizado por primera vez.
Pero saltó a la fama cuando los investigadores de origen ruso, Andre Geim y Konstantin Novoselov recibieron el Premio Nóbel de Física por sus trabajos en el desarrollo de aplicaciones científicas y tecnológicas del grafeno. Basta simplemente mencionar una de sus increíbles propiedades, la eléctrica. El desarrollo de computadoras con este nuevo material permitirá elaborar pantallas flexibles y transparentes. A su vez, podría revolucionar el mercado de las telecomunicaciones mediante la fabricación de baterías de celulares diez veces más duraderas que la de los teléfonos actuales y recargables en tan solo media hora. Los científicos internacionales también quedaron asombrados al descubrir el alto potencial del grafeno para desarrollar “ultacondensadores” que multiplicarán el rendimiento de las redes de distribución eléctrica, cualquiera sea su tamaño o sistema. Sin embargo, más allá de que también permitirá que los nuevos televisores incluyan materiales orgánicos, una de las mayores ventajas que plantea el “material del futuro” es que permitirá que los paneles solares conviertan la energía del sol en electricidad de una manera tres veces más potente que lo que actualmente lo hace el silicio. Según los descubridores del elemento, las potenciales aplicaciones del componente derivado del carbono son tantas que no se pueden enumerar. “Es extraordinariamente resistente, económico y con propiedades jamás halladas en otros materiales”, explicaron los investigadores. Según ha expuesto Francisco Guinea, investigador del Instituto de Ciencias de Materiales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), el grafeno se encontraría ubicado entre los metales y los semiconductores, y se caracteriza por tener una sola capa de átomos de carbono colocados en una red hexagonal. Según el experto, dicho material “es transparente, impermeable, duro y elástico, y tiene ciertas deformaciones que dan lugar a campos magnéticos muy elevados”. Guinea forma parte de un equipo de investigadores que ha conseguido fabricar en la Universidad de Stanford un material que imita las propiedades exóticas del grafeno, colocando moléculas de óxido de carbono (CO) “en posiciones adecuadas” sobre una superficie de cobre.
Prodigioso pero escaso
El principal problema del grafeno es que aún no es posible disponer de cantidades suficientes para su fabricación a gran escala, según explicó Guinea. “Existen diversas formas de fabricar el grafeno, aunque las dos principales en cuanto a que pueden realizarse a nivel industrial y ser económicamente viables son sus variedades en polvo y en formato film o lámina”, expresó a la comunidad internacional Jesús de la Fuente, Director de la empresa Graphenea Nanomaterials, una de las principales productoras de grafeno laminado del mundo. A su vez, el material en polvo se utiliza en su mayoría para ser mezclado con otros minerales para transmitirle algunas propiedades del sorprendente componente. “El grafeno en lámina es el más puro y solo es producido a nivel mundial por tres o cuatro empresas. Este componente increíblemente novedoso emplea como materia prima un gas que contiene carbono, como el metano y es la forma que posee más aplicaciones tecnológicas de avanzadas”.

