El calendario nacional debe remontarse al año 1997 para recordar el inicio de producción de la última mina de cobre inaugurada en Argentina. El yacimiento Bajo La Lumbrera, en la provincia de Catamarca, es la única mina que actualmente produce el mineral rojo como principal recurso. Casi 20 años después, el potencial argentino en materia cobre alcanza los 7 billones de toneladas según datos aportados por GEMERA (Grupo de Empresas Exploradoras de la República Argentina). Sin embargo, factores infraestructurales, de inversión, legales y macroeconómicos han relegado la explosión productiva que podría generar dicho recurso en el país. “Argentina tiene un enorme potencial cuprífero, y seguramente se piensa que ya ha pasado demasiado tiempo y los depósitos no producen, pero recién ahora se han puesto en valor, es decir se han completado los estudios de pre-factibilidad y factibilidad que demuestran su viabilidad económica”, explicó Julio Ríos Gómez, Titular de GEMERA. Pero también agregó: “Varios motivos llevaron a que hoy el cobre no tenga el nivel que tendría que tener: en principio cualquier mina de cobre es cinco veces más grande que cualquier mina de oro. Esto implica una infraestructura gigante y una capacitación de mano de obra que hoy no tenemos en el país. A su vez, requiere inversiones muy grandes, estamos hablando de montos superiores a los 25 mil millones de dólares para poner en marcha algunos proyectos. A esto se suma la falta de inversión por la situación económica internacional y la complejidad de poner en marcha proyectos mineros cuando los incentivos y beneficios generados inicialmente por la ley 24.196 (ley de inversión minera) se han visto transgredidos o modificados a través del tiempo”.
Otro factor clave en la falta de inversión y desarrollo abocado al cobre a nivel nacional es la interrupción del “súper ciclo de los metales”, como se conoció a la última década (2003-2013). El período positivo se vio truncado por la abrupta caída del valor de los metales debido al fuerte derrumbe de los mercados en Europa, la desaceleración de la economía China e India y el estancamiento de economías emergentes como Brasil, Sudáfrica y parte de Rusia. Según explicó el titular de GEMERA, todos estos factores anteriormente mencionados afectaron la prosecución de los grandes proyectos cupríferos argentinos: “En San Juan Pachón postergó su construcción, Los Azules se mantiene en stand by desde hace años, al igual que el Altar. Por su parte Agua Rica espera nuevos inversores, luego que Minera Alumbrera no concretara la operación que tenía prevista con Yamana. A su vez, en el norte, el proyecto Taca Taca tiene nuevos dueños (la compañía First Quantum) quienes por ahora solo han operado como para valorar sus activos y no tiene previstos más trabajos”, explicó Ríos Gómez.
Recientemente la Secretaría de Minería de la Nación informó que en los últimos años se perforaron más de 7,5 millones de metros en Argentina, lo que ha permitido identificar, “500 millones de potenciales reservas del recurso, ubicadas solo en zona andina, desde La Quiaca hasta Neuquén”. Las millonarias reservas minerales de cobre en el país continúan esperando que se den las condiciones necesarias para emerger como potencia mundial y entrar en el ritmo productivo que tienen países cupríferos y auríferos con muchos años de experiencia como Chile y Perú.