"En estos días no es fácil preservar la política emprendedora de siempre", dice Pippo Timperanza, director de la empresa italiana Landolina. "Desde hace más de 60 años, en la empresa trabajamos para mantener en armonía la tradición y la mejora productiva, teniendo en cuenta los principios éticos de hacer lo más corta posible la cadena de suministro, de la trazabilidad y del respeto a la gestión en campo que ha guiado a mi familia durante generaciones. Sin embargo, en Ragusa, hoy nos vemos obligados a enfrentar una serie de problemas que nos obligan a revisar y reajustar nuestra forma de cultivar".El problema más grave y urgente que abordar es precisamente el virus rugoso del tomate. Incluso en los casos en los que el fruto no se daña directamente, la producción se reduce, ya que los tomates son más pequeños y sobre todo pierden color y consistencia. Para mitigar el problema del ToBRFV, estamos probamos desde el año pasado diversas variedades de tomate.

