La minería “no formal” experimentó un aumento durante 2014 en la provincia de San Juan debido a la merma que se generó en la gran minería metalífera local. Desde 2010 hasta 2013, los valores de la actividad no formal estuvieron entre el 2% y 3% en relación a toda la industria minera provincial, pero llegando al último mes de 2014 la cifra trepó casi al 5%, según las cifras oficiales.

“Durante los últimos tres años cuando la minería metalífera crecía a un ritmo vertiginoso la actividad no formal tuvo una baja importante. Sin embargo, con las variables sociopolíticas y económicas esta sección de la actividad minera local ha vuelto a rozar el 5%, uno de sus valores más altos. Esto se vincula directamente con la disminución del derrame económico que produjo la paralización de Pascua Lama, a lo que se suma la caída del mercado internacional y la falta de capitales extranjeros que inviertan en el territorio provincial”, explicó Roberto Luna, director de Fiscalización y Control Ambiental Minero de Policía Minera.

El funcionario ejemplificó: “La actividad no formal es como el hombre que quiere hacer una pieza en el fondo de su casa con un baño: llama a un arquitecto le paga, le construye la habitación y listo, pero nunca fue a Planeamiento, nunca tuvo la habilitación de Catastro y demás. Eso mismo es lo que pasa con la minería no formal en San Juan, hay algunos que tienen un derecho sobre una cantera y se compran una máquina y empiezan a trabajar y les pagan a algunas personas para que extraigan cal. Entonces, esto de alguna manera es ilegal, pero no en profundidad, porque nosotros desde la administración hacemos control sobre la materia. Sin embargo vale aclarar que somos promineros, no impedimos la actividad sino que intentamos todo el tiempo que cumplan con los requerimientos administrativos y legales para que puedan trabajar tranquilamente. Obviamente si encontramos que existe algún peligro para los trabajadores o si hay contaminación, intervenimos y prohibimos la actividad”.

Según las cifras oficiales de Policía Minera, actualmente trabajan aproximadamente 600 personas en la minería “no formal” de la provincia. En años anteriores (2011-2012) el número era menor (alrededor de 200 personas). “Cabe aclarar que más allá que los yacimientos en explotación en la provincia se han mantenido en los últimos dos años (Veladero, Guaclamayo, Casposo) la actividad a nivel local, nacional e internacional ha tenido un bache, entonces la gente que tiene un pequeño horno empieza a trabajar y contratar gente, lo mismo que los pequeños productores caleros”, explicó Roberto Luna.
En comparación con otros indicadores, San Juan posee un nivel de minería no formal más bajo que otras grandes provincias mineras como Santa Cruz y Salta. Según datos de Policía Minera esto se debe a que durante los últimos años la provincia ha conseguido una licencia social minera histórica. A su vez, se ha desarrollado una minería donde los pequeños y grandes productores no solo están controlados sino que “tienen año tras año una mayor cultura minera”. A lo que se suma que Policía Minera funciona hace mucho tiempo y viene realizando trabajos de capacitación. “Lo que buscamos es que se trabaje bajo las normas establecidas. Pero esto es un proceso educativo que lleva su tiempo. Nosotros supervisamos, educamos y enseñamos a ejercer la minería”, comentó el Director de Fiscalización y Control Ambiental Minero de Policía Minera.

En otros países latinoamericanos la minería “no formal” o “ilegal” plantea problemas mucho más serios porque se vincula con grupos paramilitares y de narcotráficos, como ocurre en pises como Colombia, Ecuador y Venezuela. Estos grupos acaparan un yacimiento y lo explotan sin ninguna medida de seguridad, produciendo graves daños al medio ambiente. “Es verdad que esto ocurre en países latinoamericanos, pero a mi entender se da en lugares que no tienen una legislación minera fuerte. Ante nuestros ojos es ilegal, pero in situ, es la minería que hay porque no hay quizás tampoco nadie que la controle ni que la fiscalice”, concluyó Luna.