Cualquier alumno de 3º grado de la primaria a 5¦ año del Secundario del Colegio Saint Paul sabe quién es Johann Sebastian Bach, qué es tocar con la técnica del pizzicato (picando con los dedos las cuerdas de los violines), qué es un minuet y hasta cómo afinar su instrumento de cuerdas.
Es que en este establecimiento la música no es una materia más de la currícula escolar. Además de las clases normales de esta cátedra donde se aprenden canciones, notas musicales y se conocen los instrumentos, en esta escuela hay talleres para profundizar los conocimientos e interpretar melodías en los violines que cada alumno tiene. Esto la convierte en un centro educativo especial y uno de los únicos en su tipo en todo el país. Más precisamente es el segundo en toda la Argentina -el primero es un colegio bilingüe porteño- en tener semejante capacitación y especialización, con su propia orquesta compuesta por al menos 50 estudiantes de 8 a 17 años.
"Siempre me propuse que nuestros alumnos pudiesen disfrutar del lenguaje artístico desde el lugar de la elección, ya que considero que quien hace algo por placer tiene el 50 por ciento del camino andado”, dice orgullosa Cecilia de Valentino, la directora del establecimiento que desde sus inicios propuso este taller como uno más -aparte se puede elegir entre Comedia Musical o Artes Plásticas- para incentivar la búsqueda de talentos.
De hecho, la experiencia de los alumnos de esta escuela y todos los aplausos que reciben en cada concierto -de hecho la semana pasada tuvieron su presentación en el Auditorio Juan Victoria, a sala llena- son un excelente ejemplo para recordar el próximo 22 de noviembre, el Día de la Música.
Los primeros pasos de los talleres -que recién se eligen en 3¦ grado- fueron de la mano de dos profesores de violín y concertistas, Rossana Migani y Daniel Sánchez, quienes aplicaron los conocimientos que aprendieron en Europa, donde se capacitaron por años. Buena parte de los alumnos estuvieron en sus manos hasta que delegaron las responsabilidades en su hijo Nicolás Sánchez Migani y el profesor Oscar Barzola.
Actualmente los alumnos no sólo interpretan en sus violines melodías clásicas como podría esperarse en una orquesta, sino que poco a poco van incorporando otros ritmos y autores. El mayor incentivo para ello apareció al inicio de clases del 2012, cuando los estudiantes del secundario propusieron agregar un taller libre de Música Popular y los docentes no pudieron negarse a incorporar guitarras criollas, guitarras eléctricas, bajos, teclados, batería y hasta una voz femenina que interpreta lo que tocan. Así es que ahora además de Bach, entre violines y los demás instrumentos, también hacen de las suyas con canciones de la talla de Música ligera, Californication, Tren del Cielo, Matador, Let it be, tal como tocaron en la última presentación en el Auditorio.

