Agosto será un mes clave para la fruticultura del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, que espera unos 540 millones de pesos para podar los montes frutales, ya fuera de tiempo.

Si algo le faltaba a la caída que ha tenido el sector, sobre todo en la exportación de peras, es el retraso en la ayuda que esperan cientos de productores para la poda, algo que repercute en la calidad de la fruta en los años siguientes. Las negociaciones con el gobierno nacional estaban en un punto avanzado, pero para la mayoría de los productores la ayuda llegará muy tarde. En una reunión de CAME surgieron historias desesperadas.

Se sabe que en estos días llegará un adelanto, de 100 millones de pesos, por parte del Fondo Nacional de Agroindustria (Fondagro) que coordina Ernesto Ambrosetti. Su demora generó una fuerte polémica en el sector frutícola, pero la inercia del conflicto se detuvo por el clima previo a las elecciones.

El fondo comprende una primera entrega del 50% del dinero al inscribirse en Funbapa y el resto una vez que se terminan las tareas de poda. Son unos 15 mil pesos por hectárea que recibirá cada productor que, en rigor, ya debería haberlos desembolsado por estar en estos días fuera de la temporada de poda de frutales.