Más allá de ser lugares bellísimos, muy tranquilos e ideales para descansar en familia o con amigos, el departamento de Iglesia posee condiciones naturales excelentes para producir algunos frutales, también forrajes, cereales, un grupo extenso de semillas y varias hortalizas para el consumo interno.


La calidez de su temperatura, y las noches frescas, logran que esa amplitud térmica se plasme en muy buenos cuajes y maduraciones, en la mayoría de las especies a las que los agricultores se dediquen. Los suelos tienen buenos contenidos dentro de los parámetros de fertilidad, no hay salinidad y el dato a considerar, es, como en todo San Juan, que no hay agua debido a la extrema sequía que estamos padeciendo. Se programan cortes y hay, entre riego y riego, dilatados períodos sin agua para regar. Esto limita mucho las posibilidades, y esto ha marcado la temporada, con bajas en la superficie cultivada departamental.


Esta semana de abril, dialogamos con los Araya, Ublado, padre y su hijo Miguel, para conocer cómo les fue en la temporada estival. 


Recordemos que estos valles cordilleranos de altura tienen posibilidades de explotación -en el caso de las hortalizas-, desde la primera helada, que históricamente es aproximadamente cerca de la fecha de "Todos los Santos", o sea primera semana de noviembre, y el período se extiende hasta que vuelve a helar; hecho que hace unos años fue un 9 de marzo, pero al año siguiente fue el 2 de mayo. 


Comenzó relatando Miguel "este año sembramos varios lotes en la localidad de Zonda, donde vivimos y trabajamos. Elegimos zapallo, del tipo gris plomo, no el anco que veníamos haciendo por varios años; también tuvimos un lote de pepino para mercado, maíz que siempre es bueno tener y un cuadro grande de papa de la variedad Spunta".

 Envasado, manual, artesanal, y en familia.



Un poco de papa

El padre expresó a Suplemento Verde: "Teníamos un poco de semilla de papa, que logramos con los planes de Desarrollo Sustentable de Barrick, de años anteriores, con muy buen origen como es Malargüe, en Mendoza. La seleccionamos con la familia, cortamos los ojos, la desinfectamos bien, y cuando estaba bien seca, la plantamos a campo".


Miguelito se suma agregando "sembramos para el 22 de noviembre, calculando un total de 60 bolsas grandes de semillas. Y en la cosecha, que iniciamos en el mes de marzo, llegamos a recolectar unas 630 bolsas, muy buen número".


Luego le consulto si el dato, que me habían dado en Rodeo, en oportunidad de visitar otra plantación de papa, años atrás, que "de 1 bolsa de semilla, salen unas 7 bolsas de cosecha", era cierto. A ello, juntos comentaron "si, de ahí para arriba. Esta temporada estuvimos sobre la relación 1 a 10, pero se ha llegado, con mucha agua y fertilizantes, a un total de 1 a 12".


Aprovecho para preguntar qué usaron para fertilizar, y contestaron que "es casi orgánica. Un poco de guano de nuestros animales para darle un apoyo nutritivo y nada parar curar, porque este año no se dieron plagas ni enfermedades".


Finalmente, en la faz comercial, aseguraron a este medio que se está vendiendo a buen ritmo, dada su alta calidad, la bolsa blanca de unos 22 kilogramos, a $700.