Algunos la llaman “Santa Noemí, la Patrona de los Eventos Mineros”. Incluso el presidente de una cámara prestadora de servicios le llama “San Cayetano”, porque pone a trabajar a todo el mundo. Todos estos sobrenombres hacen reír y divierten a Noemí López, administradora de la Cámara Minera de San Juan (CMSJ). “A mí me gusta mucho que me digan así porque es señal de que se trabaja, de que nunca me quedo quieta”, comentó esta mendocina, que con 30 años se instaló en la provincia para acompañar a su marido.
Dentro del sector minero sanjuanino hay una consideración especial hacia Noemí, no sólo por su trabajo y trayectoria dentro de la industria, sino por ser poseedora de una personalidad armoniosa y por demás considerada.
“La minería es una industria más, el minero no es un hombre más duro ni más de negocios que otros. Dudo que haya persona más sencilla que el minero”. La opinión de esta perito mercantil con estudios en Recursos Humanos está más que avalada, ya que acompaña a la minería desde hace mucho tiempo.
Su trayectoria en esta actividad comenzó cuando todavía no se utilizaba camionetas 4×4 y cuando sólo se hablaba por radio dos veces al día en la alta montaña. “Yo implementé acercar el micrófono de la radio al teléfono y así se podrían escuchar los familiares con quienes trabajaban arriba”, explicó Noemí. Y continuó: “Recuerdo que cuando venía temporal me avisaban de Chile al teléfono de mi casa y yo debía dar la voz de alarma por radio para que nadie se moviera. Recuerdo que una vez un jefe mío, español, subió a 4.000 metros de altura en un Ford Falcon. Y me daba mucha risa cuando en pleno verano sanjuanino, con 45 grados, me daba vuelta el centro para comprar calzoncillos largos y camisetas manga larga para la gente que subía a la cordillera a trabajar”.
Esta mujer no sólo se encarga de organizar eventos mineros que luego salen casi a la perfección, sino que desde hace tiempo cumple tareas que quizás hoy parecen increíbles. Cuando todavía no se desarrollaba la tecnología del CD o DVD, Noemí López preparaba videos (recién salía la videocasetera) institucionales y de aprendizaje minero. Además alquilaba libros para los antárticos que cuidaban los campamentos durante la temporada invernal. A su vez también se encargaba de la logística de comidas y otras necesidades para los meses de invierno en alta montaña.
Según las palabras de esta incansable mujer minera, no es fácil la comunicación dentro de la industria y en relación a la comunidad, opina que hay que darle tiempo. “A mí no me dan ningún tipo de comunicación de la fábrica de gaseosas, de la vitivinicultura, el agro ni de las fábricas de aviones, y son actividades añejas y permanentes. La minería es sin duda la actividad más exigida”, dice.
Esta emprendedora e incansable mujer fue la iniciadora de la primera Comisión de Mujeres de Minería del país. Su idea surgió luego de participar de un evento en Buenos Aires donde participaron representantes de “Women in Mining” de Canadá. “Al volver propuse a fines del 2010 empezar esta organización a la que diariamente sumamos más mujeres y nos dedicamos especialmente a todo tipo de tareas que impliquen desarrollo comunitario, con especial atención puesta en la mujer”.
Su marido, sus dos hijos y sus tres nietos completan el universo afectivo de Noemí, que según sus palabras son “lo mejor que le pasó en la vida”. Más allá de que también declare que le gustaría pasar más tiempo con sus familiares en Mendoza y no tanto tiempo trabajando. Pero en cada paso que da se observa la fuerza y el disfrute de cada hora y cada día que Noemí trabaja dentro de la industria minera de la provincia de San Juan.

