Antes de la invención de la escritura convencional. Antes de la agricultura, de Babilonia, incluso de Egipto y sus pirámides, en la zona chilena de Taltal, sus habitantes desarrollaban la minería con martillos de piedra. Unos 10.000 años antes de Cristo, los habitantes de la quebrada de Taltal realizaban profundas excavaciones para extraer óxido de hierro, el cual utilizaban como pigmento para los rituales religiosos con sus difuntos. Algunas momias de Chinchorro (una zona aledaña) son conocidas como las momias rojas, por estar teñidas de este mineral. También lo usaban para cubrirse la piel, para protegerla antes los efectos del abrasador Sol.
Los habitantes de esta histórica zona minera correspondían a la cultura Huentelauquén, una etnia que recién fue descubierta en 1961 y de la que, por su antigüedad, hasta hoy se sabe muy poco. Fueron los primeros que llegaron a poblar la costa norte de lo que actualmente es Chile, entre lo que hoy es Antofagasta y Los Vilos, desde el 12.000 y hasta el 9.000 AC.
Los primeros mineros del continente americano subsistían cazando animales, pero por sobre todo, gracias a la pesca y la recolección marina. Formaban bandas pequeñas, de 20 a 25 personas, y creían en algo después de la vida.
“El hecho de que hayan explotado la mina hace tanto tiempo, indica la gran importancia que tenía lo religioso en el modo de vida de esta impresionante cultura. Porque el óxido de hierro no se comía, no se vendía, no se compraba”, explicó Diego Salazar, geólogo a cargo de la exploración que descubrió la existencia de la mina más antigua del continente.
Originalmente el grupo de investigadores chilenos que exploraba la zona de Taltal realizaría un trabajo de campo entre 2008 y 2011. Pero el azar y la suerte aceleraron los planes. Fue la noche del domingo 5 de octubre de 2008, cuando Diego Salazar y dos de sus compañeros, Hernán Salinas y Diego Briones, bajaron raudamente la quebrada y tomaron un camino desconocido para acortar distancias. En el camino hallaron un martillo prehistórico: “Y esto, ¿de dónde viene?”, se preguntaron los investigadores. Caminaron unos metros hacia arriba, y encontraron otro. Subieron por la ladera, y hallaron otro, y otro, y otro. Ya al final del camino imaginario de las herramientas, se encontraba la histórica mina, que se transformó según establecieron los estudios (realizados en laboratorios de varios países) en la mina más antigua de todo el continente americano.
De esta manera, se desplazó al segundo lugar en ese ranking a la por entonces mina americana más antigua del continente, que se halla en Estados Unidos y data de 2.500 años antes de Cristo.
La mina San Ramón 15 se encuentra a unos pocos kilómetros al sur de la localidad de Taltal, un pequeño paraje ubicado a 1.100 kilómetros al norte de Santiago, donde viven unas 15.000 personas. Actualmente es una ciudad que posee calles limpias, casas de madera pintadas con colores llamativos y algunas casonas de fines del siglo XIX, las cuales recuerdan la época de oro del salitre de este histórico lugar.

