Luego de pasar Angualasto, y transitando
10 kilómetros de duro camino
de piedra, entre las altas cumbres de
la cordillera aparece Colangüil. Un
poblado iglesiano ubicado a casi 3 mil metros
sobre el nivel del mar, de rica historia por haber
albergado alguna vez al General Cornelio
Saavedra luego de su exilio obligatorio. El
tiempo parece no haber pasado en las grandes
fincas de la zona. Tanto es así, que recientemente
fue inaugurada dentro de la escuela
del pueblo una sala de informática con
wi-fi. Lo que revolucionó totalmente a la comunidad
local. No solo porque ahora conocen
lo que son las redes sociales, mail y demás
funcionamientos cibernéticos, sino que
a partir del trabajo conjunto entre los maestros
y la compañía Barrick se ha logrado
que las personas de entre 18 y 40 años de dicha
localidad que no hayan concluido sus
estudios secundarios, puedan hacerlo de manera
on-line a través del bachillerato del Instituto
Cervantes. “Esto para nosotros es algo
muy grande. Usted quizás no se dé cuenta
porque le es habitual. Pero a nosotros nos
permite oportunidades de trabajo. Pero por
encima de eso, me da la posibilidad de terminar
el secundario y aprender más. Hay
veces que mis hijas me preguntan cosas
cuando hacen los deberes y yo no sé qué decirles.

Ahora me siento un poco más segura
en matemáticas y lengua”, comentó Patricia
Vega, de 37 años. La nueva antena wi-fi no
solo beneficia a los alumnos sino a la comunidad
en general ya que ahora todos pueden
tener acceso a internet y realizar trámites
on-line. “Antes debíamos viajar hasta Angualasto
o Rodeo para poder realizar algún
tipo de trámite en la computadora”, comentó
el alumno Gabriel Vega.

Las clases en la pequeña escuela Hilario Ascasubi
comienzan muy temprano, momentos
después que el maestro ayudado siempre
por la portera encienden los leños de la
estufa que se encuentran dentro del curso.

“Aquí el frío es muy fuertes y la verdad que
hacer docencia aquí es hacer patria. Porque
no todos se acuerdan que existe Colangüil.
Las docentes que vienen del Instituto Cervantes
tienen una pasión increíble. Y si llegan
y algún alumno no está, van y lo buscan

en la casa. Y si no, se paran en el montículo
de piedras que marca donde hay una rayita
de señal de celular y llaman a todos los alumnos
que tengan teléfono para que avisen a los
demás que vengan”, explicó el maestro David
Donofrio.

La población total de Colangüil no supera
los 70 habitantes, es decir, que más del 35 por
ciento de los habitantes toma clases en la pequeña
escuela ubicada entre las montañas.

Donde no existe jardín de infantes, ya que
este año debieron cerrarlo por falta de matrícula.

Según explicaron fuentes de Barrick,
esto se debe a que no existen niños de esa
edad en el poblado. Las personas que están
cursando el secundario a través de la ayuda
de Barrick y el Instituto Cervantes son 12.

Esto quiere decir, que casi el 20 por ciento de
la población de la localidad se ha visto beneficiada
por la nueva sala de informática con
wi-fi.
El secundario tan solo cursa dos veces por
semana y las clases se dan como se hacía
antiguamente. “Tenemos clases todos juntos,
es decir: primero, segundo y tercero. Se
divide el pizarrón y el maestro va dando las
clases a la vez”, explicó Donofrio.

La intención de la mayoría de las personas
que está terminando el secundario es
poder en primer medida cumplir el sueño
de terminar una etapa de su vida y que
esto le permita a futuro la posibilidad de
ampliar sus horizontes laborales.

La nueva antena que brinda la señal de internet
parece ser el mejor regalo para Colangüil.

Ya que en dicha localidad iglesiana,
la señal de telefonía celular solo se
da en muy baja calidad y en ciertos puntos
específicos. En la década del 90, telefónica
instaló un teléfono fijo, pero “fue descuidándose
y nunca mantuvieron la línea, entonces
le dieron de baja”. Los pobladores
también comentaron que el gobierno provincial
tenía una radio de comunicaciones,
la cual se rompió y nunca más se volvió
a arreglar. “Hemos ido a reclamar a
telefónica y nos dicen que no pueden reparar
y habilitar la antena porque no les conviene,
somos muy pocos habitantes. Y también
hemos hablado con gente del gobierno
pero nos dicen que hablemos con telefónica”,
concluyó el maestro David Donofrio
mientras borraba el pizarrón para comenzar
la clase.