Cambiar los malos hábitos alimentarios en los niños es fundamental para conseguir que mantengan un buen estado de salud con el paso de los años. Es clave promocionar una dieta adecuada desde las primeras etapas de la vida. Así, se reducirá también el número de rechazos a los comestibles en un futuro, lo que permitirá una mayor variedad en el día a día.

Antes de comenzar, es clave destacar que no solo importa comer bien para evitar el desarrollo de patologías crónicas y complejas. Será determinante practicar ejercicio físico de manera regular y poner especial énfasis en el trabajo de fuerza muscular. De ese modo se consigue controlar la inflamación y se evitan alteraciones nocivas a nivel fisiológico.

Los malos hábitos alimentarios se deben cambiar poco a poco

Lo primero que has de tener a la hora de cambiar los malos hábitos en la dieta los niños es paciencia. Normalmente, los más pequeños suelen decantarse por consumir pocas verduras y muchos procesados, pero esto es algo que se debe variar. Una buena estrategia es limitar la presencia de los comestibles poco saludables en la cesta de la compra. Así, se promocionará la ingesta de alimentos frescos con elevada densidad nutricional.

Eso sí, para conseguir que coman vegetales puede ser necesario comenzar por introducirlos con cautela en las diferentes elaboraciones. Al principio se pueden disimular con alguna salsa para que, posteriormente, comiencen a ganar protagonismo de manera progresiva. Lo que se debe destacar es que su presencia en la pauta diaria es fundamental, ya que se ha demostrado que reduce el riesgo de muerte por cualquier causa a medio plazo.

El consumo de pescado es primordial

Otro punto clave que se debe modificar en la dieta de los más pequeños es el consumo de pescado, que suele ser rechazado durante las primeras etapas de la vida. Hablamos de un alimento capaz de aportar una cantidad significativa de ácidos grasos de la serie omega-3. Estos elementos modulan la inflamación en el medio interno, tal y como afirma una investigación publicada en la revista Biochemical Society Transactions. Gracias a ello, disminuirá la incidencia de muchas patologías.

Una buena alternativa para fomentar la ingesta de estos comestibles es elegir los pescados con pocas espinas para incluir en las elaboraciones. El salmón o el atún son de las mejores alternativas. También se pueden acompañar de alguna salsa para conseguir camuflar ligeramente su sabor. Los peces planos, como los gallitos o el rodaballo, es posible que sean bien aceptados.

Poco a poco se incrementará el espectro de productos marinos consumidos. Es importante que los niños se acostumbren a retirar las espinas por ellos mismos para que no supongan un impedimento a la hora de incluir estos alimentos en la dieta.

Presta atención a las bebidas

Tan importante como cuidar la comida es prestar atención a las bebidas. En ocasiones, los niños se acostumbran a acompañar las principales ingestas con refrescos o jugos, que concentran en su interior cantidades muy elevadas de azúcares simples y de aditivos artificiales. Ambos elementos pueden causar patologías metabólicas cuando se abusa de ellos.

Nunca hay que olvidar que la mejor herramienta para garantizar un buen estado de hidratación es el agua mineral natural. Sobre todo hay que priorizar su consumo en épocas de calor, ya que se pierde mayor cantidad de líquidos por medio del sudor. En el caso de sufrir una deshidratación se podrían experimentar consecuencias graves.

Es posible cambiar los malos hábitos alimentarios en los niños

Como has visto, existen malos hábitos alimentarios en los niños que se deben cambiar para asegurar que mantengan un buen estado de salud a lo largo de la vida. Hacer una buena compra semanal contribuirá mucho a ello. Evitar la entrada en casa de los comestibles procesados industriales, los refrescos y los jugos conseguirá marcar la diferencia a medio plazo. Pero también será fundamental predicar con el ejemplo.

Para terminar, hemos de comentar que otras rutinas como acostarse temprano y dormir 7 u 8 horas cada noche conseguirán ayudar a mantener los niveles de inflamación en el organismo bajo control. Es importante evitar el uso de teléfonos móviles justo antes de ir a la cama, ya que pueden bloquear la producción de melatonina y dificultar la conciliación del sueño posterior.