Un número creciente de investigaciones demuestra que el aire interior puede estar incluso más contaminado que el aire exterior. Esta realidad, que muchas veces pasa desapercibida, tiene consecuencias directas sobre la salud respiratoria, cardiovascular y mental.
Según un artículo publicado en Environmental Health Perspectives, el hogar moderno concentra múltiples fuentes de compuestos químicos y partículas finas que se acumulan con facilidad si no hay buena ventilación. Estas sustancias pueden provocar desde molestias leves hasta enfermedades crónicas. Por eso, mejorar la ventilación y reducir las fuentes de contaminación es una prioridad silenciosa para el bienestar.
Cómo contaminamos el aire dentro de casa, sin saberlo
Una de las fuentes más comunes es la cocina. Un estudio citado por The Guardian indica que cocinar con gas puede liberar dióxido de nitrógeno (NO₂) y partículas PM2.5 en concentraciones mayores a las que se detectan en calles muy transitadas. Estos contaminantes están vinculados a mayor riesgo de asma, enfermedades cardiovasculares y daños pulmonares.
Un número creciente de investigaciones demuestra que el aire interior puede estar incluso más contaminado que el aire exterior. Esta realidad, que muchas veces pasa desapercibida, tiene consecuencias directas sobre la salud respiratoria, cardiovascular y mental.
Según un artículo publicado en Environmental Health Perspectives, el hogar moderno concentra múltiples fuentes de compuestos químicos y partículas finas que se acumulan con facilidad si no hay buena ventilación. Estas sustancias pueden provocar desde molestias leves hasta enfermedades crónicas. Por eso, mejorar la ventilación y reducir las fuentes de contaminación es una prioridad silenciosa para el bienestar.
Cómo contaminamos el aire dentro de casa, sin saberlo
Una de las fuentes más comunes es la cocina. Un estudio citado por The Guardian indica que cocinar con gas puede liberar dióxido de nitrógeno (NO₂) y partículas PM2.5 en concentraciones mayores a las que se detectan en calles muy transitadas. Estos contaminantes están vinculados a mayor riesgo de asma, enfermedades cardiovasculares y daños pulmonares.

