Luego del escándalo nacional e internacional que generaron los casos de abusos a niños sordos por parte de religiosos del instituto Próvolo, la Iglesia mendocina vuelve a sacudirse con otra denuncia. Ahora el apuntado es Carlos Miguel Buela, cura párroco del Instituto religioso del Verbo Encarnado de San Rafael. Así este instituto religioso del sur volvió a estar en el centro de la polémica, luego del testimonio de Luis, un seminarista que ingresó cuando era un niño, y padeció tormentos y abusos durante 18 años, según su testimonio judicial. Hoy tiene 31 años.

El IVE fue fundado en marzo de 1984 por el padre Carlos Miguel Buela, un sacerdote que fue recluido por el papa Francisco a un Monasterio de San Isidro de Dueñas de Palencia (España) luego de que se lo acusara en repetidas ocasiones de abusar sexualmente de otros sacerdotes. Buela enfrenta más denuncias de víctimas de abusos sexuales quienes, como en el caso de Luis, se animaron a sacar a la luz los tormentos que vivieron en ese lugar. Según dijo una de las víctimas, "es como sentir que es tu propio papá el que te está violando".

Al padre Buela se le conocieron solo víctimas mayores de 18 años, pero su influencia sobre ellos comenzó desde muy chicos. Todos los años llegan a sus puertas niños de 12 años confiados por sus padres o tentados por la posibilidad de algún día ser sacerdotes. Luis reveló que en 2005 quiso denunciar el daño que le habían hecho cuando era chico y sus superiores lo escucharon atentamente, pero nunca elevaron el caso al Vaticano. "Fue una canallada que no le tomaran la denuncia formal; deberían haber comunicado a Roma el caso de pedofilia, donde hay un protocolo muy estricto a seguir, pero en el Verbo Encarnado se tapó todo eso", señaló otro sacerdote.

"El As de espadas de este tipo de organizaciones es la gente súper virtuosa que tienen", ya que esta situación muchas veces puede funcionar como método de presión para que las víctimas no denuncien, agregó este cura, quien colaboró para que se repitiera la denuncia canónica en 2015, antes de que se venciera dicho plazo. Los denunciantes coincidieron en que la comunidad no denuncia porque se confunde la fe en Cristo con la fe en un hombre al que se lo endiosa. Asimismo, aseguraron que este "culto al hombre" ha logrado confundir también a algunos miembros de la organización que prefieren creer que se "difama a un santo" antes de admitir que la cabeza de la organización está corrompida.