Una guerra sin cuartel. Jóvenes a cara descubierta, piqueteros encapuchados y portando palos y piedras se enfrentaron a distintas fuerzas de seguridad en los alrededores del Congreso. El raid dejó un reguero de destrucción en el microcentro porteño.
 

El violento avance sobre los distintos vallados que custodiaban distintas fuerzas de seguridad para cerrarle el paso a los piqueteros y grupos de izquierda hacia la explanada del Congreso derivó ayer en una verdadera batalla campal como hacía mucho no se veía en el corazón del microcentro porteño.

Según precisaron fuentes oficiales a Infobae, por los disturbios fueron detenidas 22 personas, mientras que nueve uniformados sufrieron heridas y fueron derivados al Hospital Churruca.


Esta ola de caos con enfrentamientos entre Gendarmería y piqueteros, encapuchados y armados con palos, fue el marco de una jornada caliente que duró más de seis horas y sembró destrucción en los alrededores del Parlamento nacional.

Las marchas antirreformas se replicaron en casi todo el país.

Mientras los piqueteros quemaban contenedores de basura y lanzaban piedrazos, la Gendarmería respondía con balas de goma, gases lacrimógenos y tanques hidrantes.

Grupos de manifestantes, en su mayoría portando banderas del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), del Partido Socialista de los Trabajadores (PTS) y del Polo Obrero, intentaron derribar vallados para impedir el tratamiento de la reforma previsional.

Los enfrentamientos siguieron largamente aun después de que fracasara la sesión en Diputados para debatir la reforma previsional. Es que un grupo de entre 50 y 60 encapuchados seguía destruyendo todo a su paso y sólo se replegaban por momentos para reagruparse y volver a arremeter contra las fuerzas de seguridad que los hacía retroceder momentáneamente con los gases lacrimógenos.

Por esa horas, el grueso de la manifestación de organizaciones sociales y sindicatos de casi todos los sectores comenzaban a desconcentrarse pacíficamente.

El operativo de seguridad montado desde las primeras horas de la mañana en la zona del Congreso nacional, que incluyó el cierre del tránsito por completo en las avenidas Entre Ríos y Callao, y sobre las calles Rivadavia, Combate de los Pozos e Hipólito Yrigoyen, enardeció a los militantes, que reclamaban poder llegar a las puertas del Parlamento.

Cerca de las 14, hubo incluso forcejeos con diputados del Frente para la Victoria que denunciaban que los alrededores del Congreso se habían "militarizado".

Ya suspendida la sesión, agentes de la Policía Federal y de la Gendarmería desalojaron, pasadas las 16.25, al grueso de los manifestantes que estaban apostados en la Plaza de los Dos Congresos e intentaban derribar los vallados.

Como si esto fuera poco, estas escenas se replicaron dentro y afuera de la Legislatura bonaerense que había comenzado a sesionar para tratar un paquete de medidas entre las que amplía la obligación de prestar declaración jurada de bienes para legisladores y candidatos oficializados. Una fuente legislativa explicó que se había acordado postergar para la semana próxima uno de los proyectos más polémicos, que es el que modifica y eleva en forma escalonada hasta los 65 años la edad jubilatoria de los empleados del Banco Provincia. La misma decisión se adoptó para el proyecto que elimina las jubilaciones de privilegio que gozan el gobernador y el vice, y los legisladores. En medio del escándalo el intendente ultra K de Ensenada, Mario Secco, ingresó por la fuerza a la sesión, acción por la cual fue denunciado penalmente. La sesión pasó a cuarto intermedio.