Apegada a su papel más real de ministra de la venganza, la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ordenó ayer, antes de viajar a pasar el Año Nuevo en Cuba, auditar parte de la gestión de su antecesora, Gabriela Michetti, 15 días después de asumir al frente de la Cámara alta.

Así lo confirmó el entorno de María Luz Alonso, la secretaria administrativa del Senado, que es parte del círculo íntimo parlamentario de la vicepresidenta y que, según confiaron, le remitió parte de la documentación de la gestión de Michetti a Susana Baum, a cargo de la Dirección General de Auditoría y Control de Gestión.

Baum depende directamente de Cristina Kirchner. La auditoría a su cargo debería pasar, una vez finalizada, a Graciana Peñafort, la directora de Asuntos Jurídicos.

"Estamos de acuerdo en que se audite. No hay ningún área del Estado que haya hecho un ajuste más eficiente del que hicimos nosotros", explicó Helio Rebot, exsecretario administrativo del Senado, y agregó que durante los cuatro años encargaron auditorías de la gestión, que estuvieron a cargo de la Universidad de Buenos Aires.

Durante su gestión, Michetti impuso un fuerte ajuste en el Senado que le valió un duro enfrentamiento con el peronismo. Lo más criticado fue que dio de baja a cientos de empleados que nunca fueron a trabajar y que nadie conocía, otros que no cumplían con la carga horaria se fueron voluntariamente.