Operativos. Se hicieron 55 allanamientos y se concretaron más de 30 detenciones en Lomas de Zamora, Ingeniero Budge, Mariano Acosta y Luján.


Más de 30 personas, entre ellas el administrador del complejo comercial La Salada, Jorge Castillo, y tres policías, fueron detenidos durante 55 allanamientos, acusados de integrar “asociaciones ilícitas” en ese predio de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora.
En uno de los operativos, Castillo disparó con escopeta desde el primer piso de su mansión 
a un policía del Grupo de Acción Departamental (GAD) antes de ser arrestado en la casa que tiene en un barrio privado de la localidad bonaerense de Luján.

Fuentes policiales informaron que Castillo, conocido como “El Rey de La Salada”, disparó y el tiro impactó en el escudo de uno de los efectivos bonaerenses, por lo que estalló y las esquirlas le lastimaron el ojo. 
Los arrestos se concretaron entre el martes y ayer, indicó el fiscal a cargo del caso, Sebastián Scalera. Puntualizó que hasta había “una suerte de Estado paralelo”, ya que cuando en los “puestos callejeros de La Salada se detectaban a ’mecheras’, eran llevadas a galpones, donde se las encerraba, para desnudarlas ante varios masculinos, y se les pegaba con cinturón”.

Sostuvo que los sospechosos están acusados de integrar “asociaciones ilícitas” mediante la instalación de una “feria paralela en la vía pública”, además de “coacciones” y “robos”.

La detención de Castillo se concretó en el marco de una investigación por extorsión a feriantes.
Jorge Castillo es administrador desde hace unos 20 años de la Feria Punta Mogote (uno de los complejos que funcionan en La Salada). Las tres ferias más grandes de La Salada son Punta Mogote, Urkupiña y Ocean.

“El Rey de La Salada” y dueño del Paseo de Compras Punta Mogote desde hace 20 años lideraba la llamada “Banda de los Chaqueños”. Su sobrino Adrián Capazo Castillo, propietario de la feria Coty 4, la conocida como “Banda de Adrián o de River” y otro sospechoso llamado Leonardo Gaitán, de la denominada “Banda de los Cucos”. Todos fueron detenidos al igual que el hermano de Jorge, Hugo Castillo, y su esposa, Gladys Arrieta, propietarios del paseo Coty 3, entre otros familiares.

Scalera relató que son “tres las bandas” que están siendo investigadas en la causa, por lo cual confirmó que “se hicieron 55 allanamientos y se concretaron más de 30 detenciones”.

Agregó que los delitos se enmarcan en la “explotación ilegal del espacio público a través de la instalación de los puestos callejeros, como el cobro ilegal del pago de un canon a los puesteros; robos, utilización de armas y juego ilegal”.

Los policías detenidos están acusados de “formar parte de alguna de estas organizaciones como miembros”. Además, el funcionario judicial enfatizó: “Tenemos una cantidad de armas secuestradas (al menos 20) y gran parte de ellas carecen de documentación”.

El fiscal Scalera aseguró ayer que la causa comenzó en abril de 2015, cuando varias personas “quisieron recuperar la zona tras un desalojo y realizaron una serie de desmanes, cometieron robos e impidieron la circulación de vehículos”.

“Este grupo tenía el control de miles de puestos callejeros que funcionaban afuera de los predios habilitados”, dijo el fiscal. Se pudo establecer la existencia de tres bandas. Las bandas estaban lideradas por familiares de Castillo y se dividían los distintos sectores callejeros alrededor de los tres complejos que funcionan en “La Salada”.

“Lo que hacían era obstaculizar el tránsito en alrededores de la feria, con lo que impedían que los vecinos pudieran salir de sus casa. También explotaban de manera ilegal los puestos, cobraban un canon a puesteros para permanecer en el lugar, cobraban un canon por seguridad, una seguridad privada paralela a la policía de Buenos Aires y el pago del estacionamiento”, dijo el fiscal. Según el investigador, todas estas acciones eran realizadas bajo amenazas y, en caso de que no se pudieran efectivizar, los feriantes eran golpeados.

Buscando el control total

Fuentes de la investigación aseguraron que miembros de la organización que actuaban como ‘seguridad‘ del lugar atacaban a las denominadas ‘mecheras‘ porque ellas robaban ‘sin su autorización‘, ya que las bandas también ‘querían tener el control total del accionar de las mujeres que se dedican a robar a los eventuales clientes y a los puesteros‘.

Según cálculos, en La Salada se facturan hasta 300 millones de pesos por día. En el predio, pasan miles de personas cada semana con la esperanza de conseguir ropa, artículos electrónicos y hasta comestibles a precios mucho más económicos que en los shoppings y supermercados tradicionales. El fiscal aseguró que se desmantelarán todas las estructuras metálicas que habían sido levantadas en los alrededores de ‘La Salada‘. Según medios digitales, se llegaron a descubrir en allanamientos cajas fuertes ocultas y más de 2 millones de pesos.

Creyó que eran unos ladrones

Lujosa. Jorge Castillo fue detenido en una mansión lujosa con pileta y cancha de tenis, ubicada en provincia de Buenos Aires.

™Natalia Luengo, la esposa del detenido Jorge Castillo, afirmó ayer que su marido disparó contra un policía cuando estaban allanando su casa del partido bonaerense de Luján porque los efectivos no se identificaron y creyó que estaban ingresando a robar.

La esposa de Castillo aseguró que alrededor de las 23.50 se encontraba durmiendo con su marido en la planta alta de la propiedad. ‘Escuchamos una explosión y como unas corridas, tenemos una puerta blindada y escuchábamos como que la golpeaban. Lo primero que pensamos es que eran ladrones. Nunca se presentaron, reventaron puertas sin decir nada, no es que dijeron Policía o allanamiento para que los identificara’, relató la mujer.

Había pensado en San Juan

Siempre en la mira de Castillo estuvo la idea de asentarse en la región Cuyo. La idea era hacerlo en Mendoza, por la proximidad con Chile (la agilidad que da el Paso Cristo Redentor). 
 En 2012, Castillo estaba enojado porque en Mendoza no querían saber nada con el desembarco de la megaferia. Como era lógico, los empresarios de esa provincia creían que iba a ’romper’ a los comercios locales. Con los ’peros’ en Mendoza, empezó a generar vínculos con sanjuaninos interesados en asociarse.

Según dijo ese mismo año a DIARIO DE CUYO el propio Castillo, San Juan no era la ’opción 1’ y, además, no le cerraba los lugares que le habían ofrecido. Coqueteó con San Juan pero más por despecho con Mendoza que por convencimiento. Tanto fue así, que apenas logró imponer su propuesta en Santa Rosa, en Mendoza.