El Canciller renovó en la Santa Sede la inquietud del Grupo de Lima por lo que sucede en el país caribeño. El titular del Palacio San Martín mantuvo un breve encuentro con Francisco.

En los últimos tiempos, la Argentina se colocó como el mascarón de proa de la preocupación regional por la delicada situación institucional, económica y social en Venezuela. Con ese norte, el canciller Jorge Faurie viajó a El Vaticano donde mantuvo un breve encuentro con el papa Francisco y otras autoridades vaticanas para ratificar su inquietud sobre el país caribeño. 



"La Argentina cree que la comunidad internacional debe seguir instando al Gobierno venezolano a reconocer la crisis humanitaria y permitir la apertura de un canal que brinde ayuda a cientos de miles de venezolanos que huyen de la pobreza y el hambre", sostuvo el ministro de Relaciones Exteriores y Culto.



Durante su visita a la Santa Sede, el jefe de la diplomacia argentina participó de la misa celebrada por el Sumo Pontífice en la capilla de la Residencia de Santa Marta y sobre el final de la ceremonia ambos se saludaron cordialmente y tuvieron un breve diálogo. 

Más tarde, el titular del Palacio San Martín fue recibido en el Palacio Apostólico por el secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, Paul Richard Gallagher, con quien analizó la situación humanitaria en Venezuela y destacó que la Argentina, junto a los otros países miembros del Grupo de Lima, no reconocen la legitimidad del proceso electoral realizado el pasado 20 de mayo que marcó la reelección de Nicolás Maduro.



Asimismo, en el encuentro con el monseñor británico ratificó el apoyo del Gobierno al proyecto del Papa llamado "Puentes de Solidaridad" para ayudar a cientos de miles de venezolanos que "huyen de la pobreza y el hambre hacia los países vecinos". 
Faurie también mantuvo una audiencia privada con el secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, con quien también abordó los temas más destacados de la agenda regional y global, entre ellas la situación en Venezuela.



Finalmente, el canciller se reunió en la ciudad de Roma con el presidente de Eslovenia, Borut Pahor, para hablar, entre otros temas, sobre la obra del padre Pedro Opeka en Madagascar: el sacerdote argentino e hijo de inmigrantes eslovenos fue propuesto para el Premio Nobel de la Paz por Eslovenia, Francia y Mónaco.