La jueza Elena Highton de Nolasco renunció ayer a su cargo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación a través de una carta dirigida al presidente Alberto Fernández y luego de haber permanecido 17 años en ese lugar, con lo que el máximo tribunal del país quedará con cuatro miembros y ninguna mujer.

"Tengo el agrado de dirigirme al Señor Presidente con el objeto de presentar mi renuncia al cargo de Jueza de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con efectos a partir del 1 de noviembre del corriente año", señala la misiva fechada el 30 de septiembre pero difundida ayer por el Centro de Información Judicial.

Molesta por la falta de consenso, Highton de Nolasco fue una de las magistradas que no participó de la reciente audiencia en la que se designó como nuevo presidente de la Corte a Horacio Rosatti. Sus allegados aseguran que la magistrada entendía que se había cumplido un ciclo en el cuerpo luego de la fractura registrada en la última reunión extraordinaria de acuerdos de la que tampoco participó Ricardo Lorenzetti.

Highton de Nolasco le comunicó ayer su renuncia al presidente Alberto Fernández, con quien habló telefónicamente. La magistrada se encontraba en la tradicional reunión de los martes de la Corte, donde se discutía el informe de la auditoría a la obra social del máximo tribunal. Highton pidió retirarse unos minutos: argumentó que se apartaba porque la llamaba el Presidente de la Nación. En ese momento, el flamante titular del cuerpo, Horacio Rosatti, manifestó su malestar con la interrupción.

El primer mandatario se encontraba en Olivos. Hablaron durante 10 minutos. Luego, la mujer le comunicó la decisión a sus pares. A la hora de presentar un candidato para suceder a la magistrada, el Presidente espera proponer a otra mujer. Highton de Nolasco era la única interlocutora amigable de Alberto en la Corte.

En este contexto puede resultar que Lorenzetti quede aislado en la Corte. El jurista de Rafaela, sin embargo, es la cabeza política más astuta del tribunal, y muy posiblemente busque recuperar protagonismo con velocidad. Su voz es por lejos la más escuchada en los tribunales federales porteños, donde se tramitan las causas por corrupción que salpican a la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Con el giro conocido ayer, la jueza de 78 años concluye así un período de 17 años como miembro del máximo tribunal y luego de haber conseguido mediante un amparo la extensión de hecho del límite de 75 años para ser parte de la Corte fijado en la reforma constitucional de 1994.

Con la renuncia de Highton de Nolasco, y tras el fallecimiento de Carmen Argibay en 2014, la Corte se queda sin mujeres en su composición. Elena cierra con su renuncia a la Corte una larga carrera judicial en el fuero Civil y quedará en el registro histórico como la primera mujer en ser designada en el máximo tribunal de justicia del país. Highton de Nolasco está en la Corte desde 2004, cuando ingresó a propuesta del entonces presidente Néstor Kirchner.

La jueza saliente sostenía una buena relación con el Gobierno, al punto que fue la única representante de la Corte que estuvo en la presentación de la reforma judicial que el Ejecutivo anunció el año pasado.

Entre sus votos, está el que concedió el 2 por 1 a represores condenados por delitos de lesa humanidad, cuya aplicación luego se prohibió por una ley del Congreso.

Highton de Nolasco dirige la Oficina de la Mujer de la Corte, creada en 2009 para desarrollar políticas de género.

La salida de Highton de Nolasco dejará a la Corte en una situación de empate en los votos que los cuatro miembros deberán superar, en caso de ser necesario, buscando consensos jurídicos y políticos, hasta tanto el Poder Ejecutivo proponga nuevos miembros.

A los miembros del alto tribunal los elige el Presidente con el acuerdo del Senado por dos tercios de sus miembros presentes, y luego de que el candidato haya superado el período de observaciones que debe abrirse para que tanto ciudadanos como organizaciones opinen.