Empresas del sector salud invertirán en la Argentina más de 130 millones de dólares para el desarrollo de una vacuna contra el zika y en la instalación de una nueva planta de producción de estas vacunas, con lo que el país queda a la vanguardia en la investigación contra esta enfermedad.

Actualmente, la compañía de biotecnología Protein Sciences se está encargando de realizar los estudios fase I de la vacuna contra el zika en Estados Unidos, pero las fases II y III de estudios clínicos ampliados continuarán en la Argentina.


Esto implicará una inversión estimada de 80 millones de dólares, lo que incluye investigadores, médicos, centros de salud y empresas de servicios contratados en el país.

El virus de zika es un flavivirus transmitido por mosquitos que, en julio de 2015, fue notificado en Brasil como asociado al síndrome de Guillain-Barré y la microcefalia y tiene un periodo de incubación de pocos días y sus síntomas son similares a los del dengue. Consisten en fiebre, erupciones cutáneas, conjuntivitis, dolores musculares y articulares, malestar y cefaleas que duran entre 2 y 7 días.

Los estudios de fase II y III implican un monitoreo con pacientes y centros de control y, como parte de la generación de evidencia e información sobre esta nueva enfermedad, Sinergium Biotech -la empresa argentina que continuará con la investigación- firmó un convenio para incluir estudios epidemiológicos actualmente no disponibles.
Los estudios trazarán ‘líneas estratégicas de investigación, a nivel nacional y regional‘, entre las que están la definición de ‘población objetivo a vacunar, edad, zona geográfica, recomendaciones sobre el control del vector, manejo e investigación de un brote y comunicación en crisis‘.

Respecto de los plazos trazados, Enrique Rodríguez Chiantore, jefe de Gabinete de asesores del Ministerio de Salud, aseguró que está previsto que ‘a principios de 2018 inicie la investigación‘. Aunque ‘es difícil predecir el período de investigación clínica para una vacuna‘, Chiantore se mostró confiado de que una vez que comiencen los estudios ‘habrá que esperar un período de entre dos a tres años para tener los primeros resultados‘.

Las inversiones también incluyen 50 millones de dólares para la construcción de una nueva planta de producción de vacunas en Garín (Escobar) que utilizará la moderna técnica de proteínas recombinantes y la incorporación de más de 100 personas altamente calificadas en los próximos dos años. 

Para su producción se utilizarán células de insecto infectadas con un baculovirus (virus que solamente infecta a las células de insecto, no patógeno para humanos) que contiene la información genética de la proteína del virus de interés. Esta modalidad proporciona un método de producción rápido y seguro, ya que no utiliza virus patógeno para su producción, y es una tecnología usada actualmente en la elaboración de otras vacunas tanto veterinarias como humanas.