El presiente Albero Fernández aseguró hoy que a él le pasan “cosas rarísimas” porque un día la prensa y la oposición política lo describen como “un títere” de Cristina Fernández de Kirchner y otro día como “un soberbio”.

Fernández pidió a la sociedad abandonar “discusiones estériles, ociosas, que no conducen a mucho” y ponerse a buscar puntos de acuerdo para mejorar la Argentina. Por ello destacó la iniciativa del Consejo Económico y Social que conduce Gustavo Beliz.

El Presidente participó del cierre de la reunión del Consejo Económico y Social, en Parque Norte, con empresarios, sindicalistas, académicos, científicos y representantes de otros sectores estratégicos.

Fernández celebró que se haya decidido un encuentro para “dedicar un día a ponerse de acuerdo” pero lamentó que lo que debería ser lo cotidiano en la Argentina parece algo excepcional.

En un pasaje de su discurso, con el que Fernández se mostró dialoguista, levantó la mano y saludó a Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina y uno de los cuatro integrantes de la Mesa de Enlace, presente en el debate.

Me alegro que podamos estar todos juntos tratando de revisar este presente y viendo hacia dónde queremos llevar a la Argentina”, dijo el jefe de Estado. Y agregó: “Que todos nos podamos sentar a proponer me hace feliz. En una Argentina que con mucha facilidad le encanta prenderse en discusiones estériles, ociosas, que no conducen a mucho. Y nos damos cuenta cuando vemos esto donde está lo verdaderamente importante”.

Fernández dejó lugar en el discurso para cuestionar las críticas que recibe, aunque no precisó de quién apuntó con claridad hacia la oposición política y hacia los medios de comunicación masiva.

“Muchos se preguntan si dejé de ser un hombre de diálogo o si soy un hombre de diálogo. A mí me pasan cosas rarísimas. Un día soy un títere, un día soy un tipo soberbio. No sé cómo pasan todas estas cosas”, lamentó.

En ese sentido, dijo que su tarea como Presidente es poner armonía en la diversidad. “La democracia es sinfónica, cada uno toca un instrumento distinto y cada uno hace sonar su instrumento. El secreto del director de orquesta, del Presidente, es que cada uno toque en la nota adecuada y en el momento que corresponda. Esa es mi tarea”, dijo.