El nuevo secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, un hombre del "circulo rojo" de Mauricio Macri, era desde la reestructuración de Gobierno de septiembre asesor de Presidencia, mientras que desde diciembre de 2015 hasta hace tres meses fue secretario de Coordinación de Políticas Públicas de la Jefatura del Gabinete, es decir, era uno de los vicejefes del área.

Según un comunicado del Ministerio de Hacienda, del que depende la Secretaría de Energía, Lopetegui es contable y licenciado en Administración de Empresas, y ocupó cargos en diferentes compañías privadas como la consultora McKinsey, con la que operó en España, EEUU, Brasil y Argentina.

Asimismo, fue ministro de Producción de la provincia de Buenos Aires y presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires.

Desde Hacienda aseguraron que se tomarán las próximas horas para realizar las designaciones de quienes acompañarán a Lopetegui en el equipo de la cartera de Energía, que incluye áreas como Energía Eléctrica, Atómica, Petroleo y Gas.

Fuentes oficiales y privadas dijeron a Télam que Lopetegui tendrá que resolver entre otros temas clave, si se reducen, y en qué proporción, los subsidios que se destinan a las compañías petroleras para la exploración y explotación de gas y petróleo no convencional en el yacimiento de Vaca Muerta y zonas adyacentes. Antes de que se conociera la dimisión de Iguacel, el senador por Neuquén y sindicalista del petróleo Guillermo Pereyra reiteró su pedido para que el Ejecutivo nacional revea la decisión de recortar los programas de estímulo a la producción de gas y los gravámenes a las exportaciones de crudo, y solicitó que se acompañe "el esfuerzo de los trabajadores y las empresas".

"Tanto el presidente Macri, como el ministro Dujovne, deberían entender que se trata de tomar medidas que ayuden a elevar la producción y generar más trabajo", manifestó.

Respecto a los recortes a los estímulos a la producción de gas, uno de los anuncios que Iguacel realizó durante el anuncio de subas de tarifas, Pereyra reiteró que no pueden "cambiar de caballo en medio del río, porque implica que quienes creyeron en el gobierno e invirtieron ahora ven que las reglas de juego cambiaron y quitaron estabilidad y proyección a la producción".