Era la voz que faltaba escucharse. Se trata de la única persona ajena a los protagonistas del episodio que presenció la trágica muerte del rugbier Genaro Fortunato, después de haber sido atropellado por su novia Julieta Silva. El "trapito" rompió el silencio y detalló su versión sobre lo sucedido en la noche del viernes 8 de septiembre en la ciudad de San Rafael.

"Con sinceridad digo que ni se arrimó al chico después de atropellarlo. Si era el novio, ni siquiera lo fue a ver", relató el cuidacoches, cuya identidad no fue revelada, en una entrevista publicada por el medio local Sitio Andino.

El testigo describió con detalles todo lo sucedido a la salida del bar Mona, donde él se encontraba cuidando los vehículos de los clientes que acudieron allí.

Si bien no presenció una pelea ni subidas de tono en la voz de Silva y Fortunato, el "trapito" reconoció que la joven de 29 años se dirigió del boliche a su auto con un claro signo de enojo.

"Cuando salen, se van caminando. Yo le pregunto si se iba. El pibe me dijo que sí, que lo siguiera para que me pagara el auto. Yo los acompaño, cuando llegamos al frente del auto, la piba ya estaba adentro del vehículo", afirmó el cuidacoches.

"Yo no los vi pelear en la puerta del boliche, pero sí se veía la distancia con la que caminaban. En realidad, la que iba enojada era ella", añadió.

El joven explicó que la pareja no caminaba a la par, sino que ella se había adelantado, como si estuviera enojada. Poco antes de que ella se suba al auto, ambos mantienen un pequeño entredicho, lo que hizo que el "trapito" se alejara del lugar, para darles privacidad.

Así, Silva se metió dentro del auto, dio marcha atrás y abrió su ventanilla después de que Fortunato diera dos golpecitos en el vidrio para pedirle algo.

"Ella baja la ventanilla porque el muchacho le golpea para pedirle algo, yo no podía escuchar porque estaba retiradito ahí al lado. Ahí arranca el auto, y sale ligero, el muchacho se agarra de la parte de la ventanilla y habrá hecho 10 metros o 15 metros cuando se cae al piso, queda sobre la mano izquierda", afirmó el trapito.

Y continuó: "Cayó con los brazos para atrás, yo lo estaba mirando, me quedo mirándolo; él mueve el brazo para atrás, cuando así miro el auto, ya en 150 metros, la mina había pegado la U en medio de la calle no más, como pegando la vuelta para la ruta. Ahí yo lo quedo mirando, y venía ligerísimo, ligero y el pibe estaba en la calle, no le dio ni tiempo de pararse al pibe porque ella lo pasó por arriba directamente, como si nada".

En su testimonio ante la justicia, Silva advirtió que no había visto a Fortunato. "Pensé que era un pozo", declaró e hizo referencia a la poca visibilidad que había en las inmediaciones del bar. Además, esa noche llovía.

"Lo de la luz no tiene sentido porque el pibe estaba debajo de un foco de luz. Y llovía poco, era una lluvia finita. Se veía, se veía todo", advirtió el trapito.

El cuidacoches está convencido de que Silva lo tuvo que haber visto a su novio tirado en el piso al momento de decidir hacer un giro en U en la calle.

Una vez después de que la mujer atropellara a su novio, el trapito se acercó de inmediato a la ventanilla del Fiat Idea: "Le dije 'bajate flaca. Mirá, atropellaste al vago'. Ella me respondió: 'Si yo no he hecho nada'".

Al ver que la mujer no se bajaba del vehículo, el cuidacoches quiso evitar que Silva se fugara y le arrebató las llaves del vehículo.

"Ella ni siquiera lo fue a ver al novio. Se bajó del auto hasta donde estaba yo para solamente que le devolviera la llave diciendo que no se iba a disparar", agregó.

El "trapito" aseguró sentirse absolutamente en shock por lo vivido y recordó con tristeza a Fortunato, a quien lo recordaba por acudir de manera asidua al bar La Mona. "Siempre iba a divertirse ahí y me daba propina".

Julieta Silva se encuentra detenida en el sector femenino del penal de San Rafael, imputada por la fiscal Andrea Rossi por el delito de "homicidio doblemente agravado por el vínculo de pareja y por alevosía". Se enfrenta a una posible pena de prisión perpetua.

De acuerdo a la publicación de las últimas pericias, la mujer tenía 1,07 gramos de alcohol en sangre, cuando el límite permitido es de 0,5.