Agustín Tránsito Martínez, de 77 años, murió el domingo en Santa Fe, luego de haberse aplicado la primera dosis de la vacuna de AstraZenca contra el coronavirus. Según las autoridades sanitarias, el hombre se sentía mal cuando llegó al centro de inoculación, pero se investiga lo sucedido.

Martínez había asistido antes de las 9 junto a su esposa al vacunatorio de la Esquina Encendida, en la capital provincial. Ambos tenían turno para recibir la primera dosis.

Los hijos del matrimonio detallaron a los medios locales que si bien estaban anotados en la web provincial, a pesar de ser personas de riesgo por la edad, no habían recibido el llamado antes.

Según autoridades del Ministerio de Salud provincial, que estuvieron al tanto de la situación, cuando Martínez llegó para vacunarse dijo que no se sentía bien. Le habrían tomado la presión y le recomendaron esperar. Sin embargo, el matrimonio quiso inocularse, consignó el medio Aire de Santa Fe.

A los pocos minutos, tras recibir la aplicación, la esposa de Martínez avisó al personal sanitario que el hombre se había descompuesto y fue trasladado de urgencia hasta el Sanatorio Diagnóstico, en el macrocentro de la ciudad. Allí recibió atención médica y a las pocas horas el alta. Sin embargo, más tarde, murió en su casa.

“Cuando salió del vacunatorio, caminó 20 metros y le empezaron a tambalear las piernas”, contó Hugo Martínez, uno de sus hijos. “El médico del servicio de emergencias recomendó que se quedara internado”, aseguró el hombre.

Según consta en el informe realizado desde el efector y entregado al ministerio de Salud local para el avance de la investigación, Martínez llegó al lugar “caminando de forma normal”. Se presentó en la guardia y comentó que había sido vacunado. En el lugar controlaron los signos vitales del paciente y aseguraron que estaba “en perfecto estado”.

De acuerdo con el documento, por precaución, le realizaron un electrocardiograma y dio como resultado una leve taquicardia, algo que indicaron como normal en personas de su edad. Allí le recomendaron realizarse un control más adelante y lo enviaron a su casa.

Si bien regresó a su casa caminando, de acuerdo con el relato del hijo, tan solo minutos después, sufrió otro episodio. “Comenzó a temblar y a respirar acelerado, después mucho más lento”, narró Martínez. “Decidí llevarlo a la cama para atenderlo mejor”, agregó.

Al notar que la situación empeoraba, decidieron llamar nuevamente a emergencias. “Mientras venían las ambulancias me indicaron que inicie con el RCP”, aclaró. El hombre detalló además que al llegar, le inyectaron adrenalina y le realizaron maniobras con electroshock, pero no pudieron salvarle la vida.

Si bien la investigación para conocer lo sucedido avanzará, la familia descartó iniciar acciones legales contra el sanatorio, al que cuestionaron duramente por la atención. “Sé el trastorno que lleva por dentro y todo lo que hay que hacer. Tendrían que llevar a mi papá a la morgue policial y en este momento no quiero perder también a mi mamá”, expresó el hijo.