El líder del Frente Renovador, Sergio Massa, que ahora intenta hacerse fuerte en la interna del Partido Justicialista, busca evitar que se extienda la reciente salida de su fuerza de Felipe Solá, por lo cual instruyó a sus colaboradores para que cuantifiquen los daños, especialmente en la estratégica provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país.

"Es necesario tener mucha humildad para priorizar la construcción de una agenda de propuestas", dijo Massa nomás pateó el tablero Solá, quien rompió con el massismo para posicionarse también en el peronismo, de cara a las elecciones presidenciales de 2019.

"Hay que dejar de lado los personalismos", fue el mensaje del exintendente de Tigre a sus dirigentes más cercanos, tras la implosión que sufrió en los últimos días la "pata peronista" del Frente Renovador; porque además de Solá, también tomaron distancia de Massa los dirigentes sindicales Héctor Daer y Facundo Moyano.

Para evitar que la sangría continúe, dirigentes del massismo a aprestan a salir a recorrer distintos distritos bonaerenses. Según explicaron a Telam dirigentes de ese espacio, el objetivo de Massa es mantener sin fisuras el bloque de legisladores bonaerenses del Frente Renovador, ya que el 5 de noviembre Vidal enviaría a la Legislatura el presupuesto 2019 y apuesta a mantener a Massa como aliado. A largo plazo, Massa apuesta a recortarle "la pata peronista a Cambiemos". Consideran que el titular de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, "está enojado por el maltrato que tiene por parte de Cambiemos". Según sus principales operadores, Massa y Monzó "se llevan muy bien". "Si entra Monzó y sale Solá, ¿quién gana y quién pierde en realidad?", contestan con esta pregunta los massistas consultados sobre el impacto que tendrá el nuevo bloque de diputados de Solá.